El luto cuando es sentío...

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
26 abr 2020 / 09:56 h - Actualizado: 26 abr 2020 / 09:57 h.
"La Tostá","Pedro Sánchez"
  • El luto cuando es sentío...

Hay un debate sobre el hecho de que el presidente del Gobierno no lleve luto por los más de veintidós mil fallecidos como causa del coronavirus, aunque son muchos más. Sinceramente, ahora no debería de ser algo tan fundamental porque estamos más centrados en salvar vidas y en ver cómo salimos adelante. Los asesores le habrán dicho a Pedro Sánchez que evite duelos para no agobiar más a los ciudadanos, y es perfectamente comprensible la estrategia, aunque dura. Es que parece que no ha muerto nadie, con millones de personas aplaudiendo y bailando en los balcones y tantos chistes en las redes sociales. Hay quienes dicen que Sánchez evita el luto para que no lo vean como el responsable de las muertes o de las incurias que han motivado quizá más fallecimientos de lo normal a tenor de los que llevan en otros países, como en Portugal, tan cercano, donde no llegan a mil.

Se preguntan cientos de miles de ciudadanos de nuestro país que por qué decretó 28 horas de luto nacional cuando murió Alfredo Rubalcaba, el pasado año, y no ahora. O por qué se puso luto cuando el atentado de París en 2015, y no en estos momentos. En España, el luto es algo muy arraigado en la población desde el siglo XVI, con los Reyes Católicos. No me gusta porque de niño solo veía mujeres enlutadas a mi vera, por ejemplo a mi madre. Cuando iba a Arahal de visita, en los sesenta, y me llegaba a ver a las familias de mi madre y de mi padre, casi medio pueblo, me agobiaba de ver tanta ropa negra, sobre todo velos. Pero el luto significa dolor y en los sesenta, Arahal era aún un pueblo que lloraba diariamente a sus muertos de la famosa guerra. Las mujeres no se quitaban nunca el luto, porque no paraban de morirse familiares. Recuerdo a mi tía Rosario la Serena, una hermana de mi padre, que ocultaba con Búfalo las raíces de su hermoso pelo negro, unas veces por coquetería y otras por luto.

Así que me cuesta imaginar de nuevo una España enlutada, aunque entiendo el dolor de miles y miles de personas por las pérdidas de sus seres queridos. Como entiendo la estrategia del Gobierno de evitar a la ciudadanía el agobio que supone ver banderas a media asta, crepones o lazos negros en las televisiones. La oposición, o parte de ella, está dando mucho la matraca con este asunto y, repito, no creo que sea lo esencial en estos momentos. Tiempo habrá, supongo, de homenajear de algún modo a tantas criaturas que han muerto a causa de una pandemia terrible que no olvidaremos jamás. Los artistas flamencos son mucho de duelos, de luto, sobre todo los gitanos. El coplero jondo tradicional está lleno de coplas sobre ello:

El luto cuando es sentío

se lleva en el corazón

y no en el color del vestío.