Opinión

Manuel Bohórquez

El medallero flamenco de la hipocresía

EFE/Ballesteros

EFE/Ballesteros / Manuel Bohórquez

Cuando el ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, convocó a los distintos colectivos de la cultura española para hablar sobre ayudas que permitieran a los artistas sobrellevar la pandemia, se olvidó de los profesionales del flamenco. Sí, como si este arte no existiera, cuando lleva más de siglo y medio siendo una de las banderas de España por el mundo. Luego intentó remediar la chapuza, pero quedó claro que el flamenco no contaba para el Gobierno como colectivo artístico necesitado. Sin embargo ayer se dieron cinco Medallas de las Bellas Artes a artistas como María Vargas, Manuela Carrasco, Víctor Monge Serranito y El Pele, además de otras dos a peñas flamencas muy antiguas y señeras, como son la Platería de Granada y el Taranto de Almería. Ya puestos podrían haber distinguido también a la sevillana Torres Macarena, por su gran labor durante casi medio siglo. Lo de las medallas está muy bien y ayer era una gozada leer las cosas que ponían los premiados en las redes sociales, todos publicando sus fotografías con los reyes. Cualquiera que viera ayer este derroche de medallas al flamenco puede pensar que el Gobierno valora en su justa medida la importancia de nuestro arte en la Cultura española, pero no es ni mucho menos así y lo hemos visto durante la pandemia, con el colectivo abandonado, y no solo los artistas sino los tablaos. La Junta de Andalucía le ha dado 60.000 euros a las peñas flamencas andaluzas, que son unas cuatrocientas. Cientos de intérpretes necesitan a las peñas para sobrevivir, pero si a cada una le corresponden 150 euros al año, ya me dirán qué van a hacer con ese capital. Es solo un ejemplo, pero se podrían poner otros muchos. Pues nada, se dan siete Medallas de las Bellas Artes y todo resuelto. Aquí cabría contar lo del gran Chano Lobato cuando, cansado de placas en las peñas, un día pidió que, al menos, le dieran para el Sidol. El genio gaditano estaba harto de plaquitas e insignias de oro en las peñas, cuando lo que quería era trabajo, recitales, jurdó. Por cierto. Felicidades a todos los artistas galardonados.

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