La vida del revés

El mundo antes y después del coronavirus (Día 2)

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16 mar 2020 / 08:49 h - Actualizado: 16 mar 2020 / 09:00 h.
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  • Quim Torra. / EFE
    Quim Torra. / EFE

Las desgracias no llegan juntas o, al menos, tienen una enorme capacidad de convocatoria y logran que se presenten las que ya existían como si fuesen un millón de veces más importantes y chungas que el día anterior.

Todos sabemos que un radical político, el fanático de una idea o alguien que es inestable y convierte en una cruzada cualquier idiotez, constituyen un problema en sí mismos. Ayer, Quim Torra seguía erre que erre con su rollo independentista. No lo suelta ni en condiciones extremas. Otra independentista que se fugó cuando se declaró la independencia de Cataluña durante ocho segundos, Clara Ponsatí, publicaba un tuit lamentable en el que se hacía referencia a las bajas que estamos sufriendo en la ciudad de Madrid. Esas muertes no son pocas y está mujer lo único que tiene en la cabeza es reivindicar la independencia de Cataluña y mofarse de los fallecidos por o con coronavirus. Muy bien estos políticos catalanes y el ejército de descerebrados que siguen a lo suyo en las redes sociales mientras el mundo se viene abajo. Y es que no hay tonto bueno, damas y caballeros. No busquen porque no existe el caso.

Por si era poco, el Rey Felipe VI se ha encontrado con su propia epidemia. No le faltan casos de corrupción o de prácticas de dudosa moral ¡dentro de casa! ¡Cómo será la cosa para que se quite de en medio en la herencia de su padre y para que retire la asignación anual al Rey emérito! Son demasiadas cosas y, a pesar de los gestos del actual monarca intentando aparecer como un hombre honrado y pulcro en sus gestiones (lo es, seguro), va a tener muy difícil mantener la Corona en la situación actual.

Felipe VI ya tiene su ‘después del coronavirus’ particular. Los fanáticos que andan sueltos por este mundo se quedarán viviendo en el antes por siempre jamás. Y el resto... El resto saldremos adelante sin la menor duda.

No salgan de casa si es posible. Cuiden de sus mayores. Y piensen que la vida es, a pesar de todo, maravillosa.