La vida del revés

El mundo antes y después del coronavirus (Día 22)

Image
05 abr 2020 / 03:00 h - Actualizado: 05 abr 2020 / 15:55 h.
"Opinión","La vida del revés","Coronavirus"
  • El mundo antes y después del coronavirus (Día 22)

Nunca, nunca jamás, imaginé que iba a poder cruzar las calles de Madrid sin que hubiera un solo vehículo a derecha o izquierda. Y estoy hablando de una zona en la que el tráfico rodado es intenso de verdad. Ni un vehículo, ni un alma, ni un ruido distinto al trino de los pájaros.

Jamás hubiera imaginado poder ver las calles de Sevilla vacías siendo Semana Santa. Después de haber paseado esa ciudad en fechas similares de años anteriores, se me cae el ama a los pies mirando la pantalla del televisor.

Reconozco que la conmoción ha sido tan intensa como emocionante. Por primera vez he sentido con fuerza que esto es una pesadilla insoportable, algo que debería generar una tristeza brutal aunque, al mismo tiempo, la experiencia de todos los hombres y mujeres del planeta es única y hablaremos de ello durante años. Este es un tiempo que pasará a la Historia por algo terrible, peligroso, casi tenebroso aunque, al mismo tiempo, será un tiempo en el que la reconstrucción de lo que somos será la piedra angular sobre la que tendremos que reposar.

Las ciudades han dejado de ser avisperos en el que los movimientos son mecánicos, inhumanos y locos para convertirse en un enorme espacio de reflexión, de recogimiento (confinamiento es otra cosa), de soledades que han de convertirse en pura vida y puro futuro.

Ya vamos viendo la luz al final del túnel, un túnel que sigue siendo largo y que va llenándose de dolor en las cunetas. Ya vamos viendo que tanto esfuerzo está sirviendo para salvar miles de vidas. Miles. Y eso es lo importante. Hemos estado unidos y más de 46 millones y medio de personas formando una piña es mucha tela. Eso es imparable.

Damas y caballeros, queda un día menos de encierro. Y una vida por delante.