Los medios y los días

¿El mundo perfecto de Pablo Iglesias?

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19 ago 2022 / 04:00 h - Actualizado: 19 ago 2022 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • EFE/Emilio Naranjo
    EFE/Emilio Naranjo

“En este país ha quedado claro que a quien dice las cosas que nosotros dijimos le van a reventar. Es un mensaje también para los futuros líderes de la izquierda. «Ten cuidado con lo que dices. Ten cuidado con a quién señalas, con los enemigos que te buscas. Porque si vamos a por ti, ya has visto de lo que somos capaces».”

El sitio web de la revista CTXT (Contexto), publicita en estado de preventa el último libro de Pablo Iglesias, Medios y cloacas. Así conspira el Estado profundo contra la democracia, editado en la colección Escritos Contextatarios. El párrafo gancho lo tienen ustedes al inicio de esta columna.

Estos libros son muy necesarios para entender una parte esencial de cómo funciona la realidad. Iglesias posee preparación académica y experiencia vital como para dar a conocer una obra así que, por otra parte, no es original sino que se trata de una recopilación de artículos y transcripción de entrevistas. Lo que a mí me suele suceder con estas obras –yo mismo he publicado algunas en esta línea- es que, a estas alturas de mi evolución intelectual, no me dicen únicamente cómo funciona la maldad del sistema capitalista sino cómo funciona el poder, se trate del signo de que se trate. Y, además, suelen ser textos que me añaden otro problema a los que antes de empezar a leerlos me daban vueltas por la cabeza. Mis problemas es que me siento tremendamente indignado con lo que observo a mi alrededor, tanto a nivel macro como micro. Antes estaba convencido de que tenía un remedio para todo esto o, al menos, para paliarlo. Después, hace ya unos decenios, me surgió otro problema: la impotencia ante la situación, intuir o saber que esto es así y que no hay solución sólida, por ahora.

¿Por qué? El mismo comportamiento de Iglesias, de su partido y de sus aliados me lo explican. No han hallado una alternativa por mucho que se presenten como portadores de ella. En todo caso, ellos nos ofrecen jaleos que papá sistema asume y los incluye en el dominio del mercado, esto quiere decir que tenemos a unos progresistas que son parte del sistema, sin quererlo o queriéndolo. Espero que si cae en mis manos el nuevo texto de Iglesias vea una alternativa, hasta ahora sólo he tenido delante a un buen analista de lo que ocurre, sin más, con lo cual ya tengo otro problema: los alternativos.

Voy a comentar brevemente el párrafo que da arranque a estas líneas. “En este país”. ¿Por qué? ¿No llegó Carrillo a España cuando la transición y en sus primeros mítines junto a la bandera roja colocó la española para contrarrestar el discurso de la derecha? ¿Por qué no escribe “España” el profesor Iglesias? Ya está actuando como un poder, no como un librepensador académico: no quiere enfadar ni a sus lectores ni a sus aliados, todos ellos tiran piedras sobre su propio tejado, van para atrás, no son siglo XXI sino siglo indefinido. El siglo XXI exige una unión bajo una sola marca que tenga a su vez sus 17 filiales con sus personalidades, pero una sola marca. Lo otro son emociones, no pragmatismo.

“Ha quedado claro que a quien dice las cosas que nosotros dijimos le van a reventar”. A mí también me queda claro que quienes no decimos las cosas que dicen Iglesias, Podemos y demás comunistas despistados, ignorantes y posmodernos, nos revientan, aunque no seamos de derechas. Así funciona todo poder, lo cual se puede completar con la siguiente frase: “Es un mensaje también para los futuros líderes de la izquierda”. Más adelante añade: “Porque si vamos a por ti, ya has visto de lo que somos capaces”. Claro que es un mensaje para la izquierda, igual que si Iglesias logra mandar de verdad tendría que mandarles su mensaje a los líderes de la derecha. ¿Qué se cree el doctor Iglesias que es esto? ¿Aspira él al mundo perfecto? El poder –sea el que sea- arrasa con todo lo que le estorba, si es que puede. No sé en qué estará pensando Iglesias ni si en el libro lo dice, sólo sé que la vida ni es noble ni es bella a menos que me lo demuestre académicamente quien fuera mi colega en la docencia y la investigación universitarias. La vida es nada más y nada menos que apasionante porque te obliga a comprenderla.