La Tostá

El numerito de las vacunas

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
05 ene 2021 / 10:36 h - Actualizado: 05 ene 2021 / 10:37 h.
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No esperábamos otra cosa, que este lío con la vacunación de la población teniendo el Gobierno que tenemos. A este paso llegará el otoño y estaremos esperando que alguien nos llame para vacunarnos. Porque alguien tiene que llamarnos, ¿no? Acabo de escuchar en la radio que “no se sabe si habrá o no tercera ola de coronavirus, pero ya está en camino”. Muy tranquilizador. A todo esto, la OMS (Organización Mundial de la Salud), diciéndonos que “vendrán virus peores”, cuando siguen muriendo cientos de personas diarias solo en España. El aún ministro de Sanidad, Salvador Illa, premia a Cataluña con casi el doble de vacunas de las enviadas a la Comunidad de Madrid, según informa esta mañana Vozpopuli. ¿Utilizando la vacuna como arma electoral? Que expliquen eso. Esto es un caos, pero no esperábamos otra cosa porque todo lo está siendo desde marzo del pasado año. Ya sé sabe que los españoles tenemos la triste manía de criticar todo lo del Gobierno, pero es que, además, el paro ha repuntado en diciembre y nos acercamos de nuevo a los cuatro millones de desempleados. Si cuando llegue la primavera no levanta cabeza la hostelería y, por consiguiente, el turismo, estamos muertos. En Sevilla no habrá Feria ni Semana Santa, y se están suspendiendo ya también festivales de flamenco internacionales como el de Nimes (Francia), país vecino donde igualmente hay problemas con el plan de vacunación. Los tablaos siguen cerrados, pero las estaciones de esquís se han llenado el fin de semana y esta mañana hemos visto colas regresando a casa desde las montañas blancas del país. O sea, que los fines de semana podemos esquiar pero no vacunarnos, y esto es algo inexplicable en un estado de emergencia nacional como el que vivimos, con un ministro de Sanidad que es filósofo y que cuando había aprendido está pensando ya más en ser presidente de la Generalidad que en salvar vidas. “Vuelvo a casa”, ha dicho. Vuelva, vuelva. ¿Qué hacemos? Poco se puede hacer, porque ni siquiera podemos echarnos a la calle a protestar. A veces pienso que el Gobierno no tiene mucho interés en que acabe la pesadilla, porque tiene más control sobre la población y puede sacar leyes adelante que sin pandemia hubieran sido otro cantar. Pues a pesar de este desastre, cuídense de criticar al Gobierno porque acabarán sin trabajo y siendo marginados sociales.