En estos días donde el calor todavía hace que la camisa de manga corta siga cobrando protagonismo en Sevilla, la palabra “creación” ha pasado a tener un nuevo significado en la ciudad, aunque le anticipo que no debería tomarla con un margen de esperanza excesiva. Y ya con el título del artículo, la ilusión será breve. En Sevilla se ha implantado que cada uno haga lo que le venga en gana y no se tenga en cuenta al resto de los vecinos. Nuestro alcalde ha querido jugar en estos días con la estética pública cuando presenta unos presupuestos pactados con Adelante Sevilla (Podemos e IU) sin, ni siquiera, tocar la puerta del resto de los partidos políticos de la oposición. Es decir, que el 55% de los concejales sevillanos han pasado por otro pasillo del 45% restante; perfecta paridad. ¡Qué gran diferencia con el proyecto del anterior presupuesto municipal donde se trataba de seducir a esa oposición para ir todos a una cuando dijo el alcalde que no haría política con los presupuestos! Cosas de la hemeroteca.
Pero ya toca un cambio de sábanas (porque la bajera ya sabemos que de eso poco) y Sevilla es mucha Sevilla y siempre se encuentra en una continua mutación. Por eso, nuestro alcalde se ha decidido a iniciar un fino camino de interrogación y desafiante cuando ha presentado su proyecto ya pactado con Adelante Sevilla, que no con el resto de los grupos, de los nuevos presupuestos municipales 2020. La similitud de las palabras entre el presupuesto pactado y el programa de adelante Sevilla hace que tras la anécdota y el pormenor nos tomemos en serio que alguien en la Plaza Nueva anda con la moda académica del plagio ¡así nos va querido Sancho! Pero rascando en esta astracanada comprobamos que nuestro regidor se ha apartado un poco de ese rumbo inicial y amable con el que departía entre la sevillania.
El alcalde sube las escaleras desgastadas de mármol del Ayuntamiento con cuerpo prieto y triunfante después de lo que tuvo que hablar y negociar el pasado año con el portavoz del PP Beltrán Pérez para sacar adelante sus presupuestos municipales. Pero quizás se haría bien en oponer a esta grandeza todo un ensarte de conceptos negativos que tiene este anuncio. Los partidos de la oposición se han visto fuera no ya de toda negociación sino de todo conocimiento de los próximos presupuestos. El alcalde sevillano se ha echado a los brazos de la izquierda plus y no ha querido cruzar la bancada para decirle a otros 14 capitulares cuál son sus intenciones.
Habría mucho que pensar cuando de antiguas exigencias de Podemos incluso no apoyadas por el propio PSOE en Plenos del Ayuntamiento, ahora, el alcalde silba y admite sílaba a sílaba lo escrito en el programa de Adelante Sevilla (cuidado con el programa informático anti plagios porque hacen de chivatos). Copiar la exigencia de la izquierda sobre la alfabetización de la población más desfavorecidas sin definir el enfoque es no enterarse, ni unos ni otros, de la legislación educativa que actualmente contempla planes educativos en la educación básica o en los adultos con los SEPER; en fin, cosas del escribir sin saber... La verdad es que se hace difícil encerrar en palabras el texto propuesto por el alcalde que bajo el marchamo Denominación de Origen “Plan Respira” ha montado un guateque con la izquierda plus de la ciudad, aunque finalmente tendremos que colocar los sevillanos un desfibrilador en cada esquina de las calles para la reanimación que nos espera.
El portavoz del PP Beltrán Pérez no ha tardado en quitarse el botón para ampliar su respiración y declarar que lo negociado se ha hecho a escondidas y sin el debido respeto institucional. Lógica reflexión cuando lo que se pone en juego es el bolsillo de los sevillanos y el futuro de la ciudad. Si en este presupuesto se cambia la moneda social podemita (rechazada ya por el PSOE en un Pleno del Ayuntamiento) por la bajada, por ejemplo, de 500.000 euros en Parques y Jardines, 340.000 euros en Seguridad o 500.000 euros para los distritos, la verdad es que no le falta la razón al portavoz Pérez (que ya avisa de subidas en el ICIO y las plusvalías). El documento presupuestario propuesto no atisba una reducción de impuestos aunque, eso sí, cuidado caballero que el recibo del agua sube un 7%....Camarero, tráigame un Nolotil que la cabeza me va a estallar. Y si se proyecta la vuelta (segundas partes nunca fueron buenas) del Plan de Centro restringiendo los vehículos o el cierre al tráfico de las calles Betis y Pureza convirtiendo a Triana en un fondo de saco de la movilidad (ahí llevas Cabrera tu gran reto matemático para este curso) ahora sí que diríamos - ¿Qué dolencia es la mía, doctor?
Y con todo esto, el alcalde sólo responde que estamos frente a demasiado teatro y a una escenificación de la oposición y realmente le diría que con sus formas y lo denunciado por la derecha, no me llega la camisa al cuello. Porque denominarlo teatro puede discutirse, pero la astracanada que nos ha presentado no sé si es para salir corriendo o es para quedarse hasta el final de la obra.