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La Tostá

El presidente se aprueba a sí mismo

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
30 dic 2020 / 09:52 h - Actualizado: 30 dic 2020 / 09:53 h.
"La Tostá"
  • El presidente se aprueba a sí mismo

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¿Alguien vería ayer al narcisista Sánchez, presidente del Gobierno, durante todo el tiempo que duró su discurso, dos horas? No hubo nada de autocrítica y solo habló para su electorado. En un año, con la pandemia, unos setenta mil muertos y el país arruinado, el presidente no fue capaz de reconocer un solo error, algo muy propio del narcisista, que suele mirarse al espejo y solo ve a un tío guapo adorado por el pueblo. Solo le faltó salir a un balcón de la Moncloa y levantar el puño en señal de victoria. Se aprobó a sí mismo, como suelen hacer los dictadores, y como cuenta con la colaboración de una buena parte de los medios de comunicación del país, se puede permitir mentiras que sabe que no van a ser señaladas por esos medios. Mientras lo escuchaba me preguntaba la cara que tendrían esas 300.000 personas que siguen sin cobrar el ERTE. Menos mal que no iban a dejar a nadie en la cuneta. Que se lo digan a los camioneros que están pasando la Navidad en el camión, mientras el ministro Ábalos habla de indultar a los golpistas para ir limando asperezas con quienes les están ayudando a gobernar. Eso sí, el presidente habló de regular la Corona, convertirla en una Monarquía del siglo XXI, cuando, que sepamos, está ya regulada en la Constitución española. Que haya corrupción, o la haya habido en la Casa Real, no es un problema de reglamento sino de mirar para otro lado sabiendo los tejemanejes del Campechano. Lo que pasa es que el presidente sabe que los españoles estamos ahora poco hábiles, quizá preocupados por qué va a pasar mañana mismo, y se permite hablar de asuntos que en realidad nos importan un pimiento, como esa ley de la Corona con un enorme componente de suspense. Ya saben que no tienen que pensar en cómo vamos a hacer para poder ir al supermercado o salvar el pellejo, sino en cómo se va a modernizar la Corona. A la misma hora, Pablo Casado, líder de la oposición, se encargaba de tranquilizarnos diciendo lo mal que lo ha hecho todo el Gobierno y dando a entender lo bien que vamos a estar cuando él mande, que puede ser dentro de tres años y no antes, porque hay Sánchez e Iglesias para años. El presidente lo sabe y por eso se permitió ayer el lujo de aburrirnos durante dos horas y hablarnos de asuntos que nos importan una fu.