Los medios y los días

El problema es el suicidio

Image
14 sep 2021 / 04:01 h - Actualizado: 13 sep 2021 / 20:03 h.
"Los medios y los días"
  • El problema es el suicidio

Dos familiares muy cercanos y jóvenes se me han suicidado en los últimos años. Una médica estudiosa del suicidio que recientemente dio en Atenas una conferencia sobre este tremendo asunto en un acto organizado por la OMS, me dice que el suicidio es un impulso irrefrenable cuando llega, que ella incluso lo ha experimentado cuando murió un ser muy querido y sintió una soledad fiera y abrasadora. La compañía continua de sus amigos y familiares fue decisiva en esos momentos. Yo también he sentido el deseo de quitarme de en medio más de una vez, pero sé que es algo pasajero y que aún quiero seguir aquí, acaso hayamos sido muchos los que hemos notado algo parecido, no hay que tener miedo, solo cuidado, prudencia, examen interior y si es necesario consultarlo con alguien entendido.

En el bienestar también habita la muerte, el estado del bienestar también encierra deseos de tirar la toalla, precisamente en las sociedades más teóricamente civilizadas y avanzadas es donde más abunda el suicidio, algo más de diez al día en España en la actualidad, unos 124.500 desde 1980 hasta 2019. Recuerdo en Francia los suicidios de técnicos de France Telecom, estresados por la competitividad. La gente en Madrid se manifiesta para que el Estado preste mucha más atención al problema. ¿Qué está pasando aquí? Porque lo primero que hace un ser vivo es intentar no morir, hasta un ser tan diferente a nosotros como es el virus del Covid lucha desesperadamente por seguir viviendo a pesar de vacunas y medicinas y crea variantes y mutaciones.

También por los médicos sé que hay cerebros que, por lo que sea, deciden dejar de existir y entonces es muy complicado detenerlos. Sin embargo, otros muchos suicidios se pueden evitar, el humano nace, crece y, cuando toma plena consciencia de su realidad, su incertidumbre y su inquietud aumentan porque vivir ya de por sí crea angustia en distintos grados. Como dice Boulding, un experto en la llamada Teoría de Sistemas, el humano “sabe que sabe” y eso es al mismo tiempo una peculiaridad única y un signo de inseguridad con el que hay que vivir y saber controlarlo. Hasta que sea posible porque a veces es misión muy arriesgada.

Les hacemos mucho mal a los niños de la ESO educándolos tan débilmente, les hacemos mucho mal a los niños con esos mimos excesivos y esa sobreprotección que es contraria a los tiempos salvajes a los que se va a enfrentar de mayor. El humano necesita desde pequeño una dosis de “sufrimiento” que lo vaya fortaleciendo, no necesita una tiranía paterna ni social sino unas normas empáticas para un adecuado desarrollo de su cerebro, no nos empeñemos en que un cerebro asimile aquello para lo que aún no está maduro, los mayores debemos asumir nuestras responsabilidades y soy el primero que me aplico el consejo porque no las he asumido como debiera, yo también estaba intentando sobrevivir aunque eso no sea una excusa solvente para quienes nos exigimos mucho a nosotros mismos.

El suicidio va a seguir ahí, con nosotros, porque los cerebros son misteriosos, lo que no me parece de recibo es que no mejoremos las condiciones socioeconómicas que llevan al suicidio. A la manifestación de Madrid fueron algunos políticos. Mónica García, de Más Madrid, apuntó algunos de los factores sociales que, a su juicio, favorecen los problemas de salud mental y los suicidios, como la precariedad laboral o la dificultad de acceso a la vivienda, entre otros. Esto sí que es evitable, estamos machacando a nuestros jóvenes: 40 por ciento de paro, empleos de pitiminí, así disminuye la autoestima y uno se siente una piltrafa. También los mayores dejan de tener descendencia por falta de ganas y recursos: en Sevilla, en la ESO, 6.000 alumnos menos este año.

Esto cada vez se parece menos a una sociedad liberal, mercantil y de humanismo cristiano, espero que tomemos nota del problema.