Los medios y los días

El R-5, el Lada y la reina Fabiola

Image
22 ene 2021 / 04:30 h - Actualizado: 22 ene 2021 / 04:30 h.
"Los medios y los días"
  • Imagen del nuevo Renault R5. / Renault
    Imagen del nuevo Renault R5. / Renault

Regresan el Renault 5 y el Lada Niva. Dicen que la nostalgia vende y es una verdad como un templo. En términos históricos, hace pocos siglos, el humano a los 40 o 50 años ya era un viejo que lo había hecho todo en su ciclo biológico, por tanto sobraba en el mundo. Ahora se ha empeñado la ciencia en que vivamos mucho más y la economía en que nos muramos pronto. Creo que seguimos programados para morirnos bastante antes pero como no es así echamos mano del pasado con especial énfasis para vivir de nuevo. Y ahí están el R-5 y el Lada Niva y el 600 que ahora se llama Fiat 500.

El R-5 marcó época, creo que fue una especie de Seat 600 de los años 70 y 80, sacó a la Renault de un buen apuro empresarial. Mis dos primeros coches fueron ambos Renault 5, el primero de tres puertas, color amarillo limón, y el segundo ya de cinco puertas y color blanco. A éste conseguí que le pusieran de matrícula SE-1917-AF como homenaje mío personal e intransferible a la Revolución Soviética que se produjo en 1917, admiración que prosigue en estos momentos, no tengo porqué ocultar mi pasado ni mi presente, he luchado por eso durante el fascismo y ahora pugno contra el neofascismo posmoderno que no deja lugar al librepensamiento.

Desde la Unión Soviética llegó el Lada turismo y el Lada Niva. Durante el franquismo y los primeros años de la democracia se veían a veces por las calles dos coches procedentes del mundo comunista: el Skoda de la entonces Checoslovaquia comunista -hoy del Grupo Volkswagen, como la Seat- y el Lada soviético. Eran coches feos de diseño pero buenos por dentro, el mundo comunista funcionaba al revés que el capitalista: no le daba importancia al diseño pero sí a la tecnología, el comunismo pensaba en un coche para toda la vida, algo parecido a la España de Franco donde el 600 era eterno y no digamos otras gamas de la Seat como el 1400 que era un tanque y me parece que anterior al 600. En el mundo capitalista el diseño y el cambio habitual de vehículo son esenciales para la gente y este pequeño detalle es una de las explicaciones del hundimiento del comunismo. Eso sí, en el capitalismo llega una crisis y la superproducción habitual de coches aumenta su estocaje, entonces nos comemos los coches con papas pero teniendo liquidez en el mundo libre consigues un coche al momento y en aquel mundo comunista si tenías dinero te podías comprar un coche pero a ponerse en la cola hasta que te llegara.

Circulaban también por España unos pocos coches procedentes de la República Democrática de Alemania (RDA), la Alemania comunista, pero yo no me acuerdo de haber observado a ningún Trabant que era el coche famoso allí, sino a otro cuya marca no recordaba pero la he buscado en el Nuevo Oráculo Internet. Era el Wartburg, muy feo también pero que, al igual que al Lada y al Skoda comunistas, le ocurría lo que decían en aquellos tiempos que le pasó a la reina Fabiola: que era fea pero muy buena. Confieso que me vi tentado de comprar un Lada pero no me gustaba su aspecto y además me aseguraban aquello de que si se me estropeaba una pieza a ver cómo la traían desde la URSS. Yo qué sé, el caso es que todo se fue a hacer puñetas, el pasado y el comunismo.

Durante una de mis estancias en La Habana me subí a un taxi en el que iba como es lógico un taxista pero con un amigo al lado, charlando tan amistosos ambos, Cuba es así. El taxi era una “limusina” casera made in Cuba: la habían fabricado uniendo dos mitades de dos Lada soviéticos. Me quedé asombrado, en lugar de ser silenciosa hacía ruido y había hasta resonancia en su interior, es la única vez que he viajado en “limusina” y pintada de amarillo. Al Lada Niva soviético lo notaba desde fuera como enclenque, veo que a este nuevo del capitalismo lo han transformado, no lo conoce ni la madre que lo parió, casi igual que le ocurre al R-5 pero aún así me alegro de que, al menos por fuera, sean tan atractivos. Ahora a ver si les ocurre como a la reina Fabiola y son también buenos por dentro.