El registro de entrada y salida al trabajo

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18 abr 2022 / 14:27 h - Actualizado: 18 abr 2022 / 14:30 h.
  • El registro de entrada y salida al trabajo

Todos hemos visto escenas de películas, en las que los trabajadores, bien a la entrada o a la salida del trabajo, van charlando distendidamente y “fichan” en la maquinita correspondiente, que registra la hora mediante un reloj. O bien, firman en una hoja, que recoge el horario de inicio y fin de la jornada.

En España, la Sala IV del Tribunal Supremo, que resuelve asuntos laborales, en su Sentencia de 23 de marzo de 2017, sugirió una reforma legislativa, que estableciese la obligación de llevar un registro horario, y facilitara la prueba de la realización de horas extraordinarias. También la Inspección de Trabajo lo pedía desde hacía tiempo, toda vez que la Directiva 2003/88/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, lo imponía a las empresas de los estados miembros. El legislador español se puso a ello, y en 2019 reformó el Estatuto de los Trabajadores obligando a las empresas a implantarlo.

Sin embargo, el Estatuto no fijaba la forma ni el soporte en que debía documentarse el control de acceso. La Ley solo exig un soporte idóneo para que pueda estar a disposición del comité de empresa, o de la Inspección de Trabajo durante cuatro años.

Pese a ello, la reciente Sentencia de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional, de 15 de febrero de 2022, ha resuelto que el registro horario de jornada de cada trabajador, que incluya el horario de inicio y finalización, no puede llevarse en papel sino en soporte informatizado. La Sentencia afirma que “la lógica de los tiempos se inclina por esta segunda opción”. Según la Audiencia Nacional, “una hoja en papel donde el empleado firma cuando toma el servicio, con los inconvenientes, que ello supone para que dicha información pueda luego ser puesta a su disposición y de la RLT e ITSS, (comité de empresa e Inspección de Trabajo) entendemos que no cumple con los fines previstos en la norma legal. Tampoco consta que estos datos así registrados se conserven”.

No podemos negar la lógica de los tiempos, pero pasar a prohibir el papel como soporte para conservar datos cuatro años, cuando leemos libros impresos hace cientos, parece algo exagerado. Y hablando de la lógica de los tiempos, podemos hacer un sencillo experimento sobre la exageración del uso generalizado de los soportes digitales. La plataforma “Soy mayor no idiota” se inició por Carlos San Juan, un médico jubilado Valenciano, solo hace unos meses, reivindicando un trato personal, menos informatizado y automatizado, al usuario bancario. Si se incluye en Google, “Soy mayor no idiota Carlos San Juan” el buscador devuelve más de 400.000 entradas. Si incluimos el nombre de Su Majestad “Felipe de Borbón” obtenemos 1,5 millones. “Yolanda Diaz ministra de Trabajo” 310.000 entradas. Teniendo en cuenta que los seguidores de la plataforma bancaria, no son mucho de internet por propia definición, no esta mal la cifra.

En España, según las cifras del Ministerio de Industria, las pymes con asalariados dieron empleo en marzo a 9.024.993 trabajadores y las grandes empresas solo a 5.930.207; tres millones menos. Por tanto, a pequeñas empresas que a veces son la mínima expresión, con un par de empleados, no podemos exigirles un soporte costoso informatizado o biométrico. Seria más caro el collar que el perro. Es la lógica de los tiempos, cierto, pero la cuestión es la velocidad a la que implantamos esa lógica, para que el progreso sea más una ayuda que un obstáculo.