La vida del revés

El Rey Emérito ya no está. !Viva el Rey¡

No parece que sea la mejor forma de apartarse la que ha adoptado el rey emérito. Si las dudas eran grandes, ahora, se convierten en un lastre pesadísimo para Felipe VI

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03 ago 2020 / 21:01 h - Actualizado: 03 ago 2020 / 21:28 h.
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  • El rey emérito y el rey Felipe VI durante un acto al que asistieron ambos. / EFE
    El rey emérito y el rey Felipe VI durante un acto al que asistieron ambos. / EFE

Desde aquel viaje a Botsuana para cazar elefantes, todo el declive de Juan Carlos I se ha ido acelerando sin remedio. Un segundo capítulo para decir que lo sentía mucho frente las cámaras de televisión y un discurso durante el acto oficial de la Pascua Militar en el que el Rey Juan Carlos I no atinaba a hilar una frase con otra, ya hacía pensar que lo mejor para la Casa Real era que abandonase la Jefatura del Estado. Así fue en 2014. Y, ahora, el Rey emérito abandona España. Demasiados escándalos, demasiados trapos sucios lavándose en la lavandería pública, demasiadas manchas de aceite extendiéndose hacía la institución que Felipe VI intenta defender con uñas y dientes.

Era necesario que el que ha sido Rey de España en momentos esenciales de nuestra historia (el intento de golpe de Estado el 23F; una olimpiada extraordinaria en Barcelona; los atentados del 11M o el salvaje ataque contra el Estado por parte de ETA durante años, son un ejemplo) diera un paso hacia un lado para evitar dejar imposible el camino a su hijo, el actual Rey de España. Lo ha dado en una dirección, posiblemente, equivocada. Podía haber elegido seguir residiendo en España, pegado a la responsabilidad que ejerce el Rey Felipe VI. Eso de salir de España se podría considerar una huida de la Justicia aunque, lógicamente, en su comunicado el Rey emérito ha dejado claro que queda a disposición de la fiscalía. El Rey emérito ha elegido la puerta de atrás y las hienas políticas ya hablan de un posible referéndum para conocer si los españoles quieren seguir teniendo como Jefe del Estado a un miembro de la monarquía.

Es un día triste aunque es un día que permitirá escribir la historia de España con cierta dignidad; es un día triste aunque queda a salvo nuestra Constitución que en su artículo 1 dice que ‘la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria’.

La gran pregunta es ¿por qué? Si un Rey ha sido admirado dentro y fuera de las fronteras españolas, ese ha sido él; si un Rey lo ha tenido todo sin tener que recurrir a los territorios más feos de la realidad, ese ha sido él; si un Rey ha representado la libertad y la democracia, ese ha sido él. ¿Por qué?

En cualquier caso, el Rey emérito ya no está. Le deja un camino lleno de curvas y baches a su hijo, un camino imposible. Habrá que esperar que la sensatez que ha demostrado hasta ahora el Rey Felipe VI se imponga y sepa salir de este atolladero sin dejarse nada de lo esencial por el camino.