La vida del revés

El sacristán asesinado en Algeciras, no puede ser mercancía electoral

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26 ene 2023 / 11:58 h - Actualizado: 26 ene 2023 / 17:41 h.
"La vida del revés","Terrorismo islamista"
  • Flores y velas dejadas en la plaza en la que ha sido asesinado un sacristán de la Iglesia de La Palma, en Algeciras.
    Flores y velas dejadas en la plaza en la que ha sido asesinado un sacristán de la Iglesia de La Palma, en Algeciras.

Diego Valencia fue asesinado ayer por un sujeto que le asestó dos machetazos mortales. El asesino, un hombre marroquí llamado Yasin Kanza, parece ser que actuó solo. Además de asesinar a Diego Valencia, sacristán de la iglesia de la Palma de Algeciras, el terrorista yihadista dejó varios heridos a su paso.

Kanza seguramente no está loco. Ojalá todos estos terroristas, que siembran el terror en nombre de Dios, estuvieran locos porque con una buena terapia se podría solucionar gran parte del problema.

Este indeseable está convencido, algo para lo que no existe cura posible. Cree que lo que hace es lo correcto, cree que el mundo occidental es enemigo del progreso de su propio pueblo, cree firmemente en el castigo como herramienta divina ante la injusticia. Kanza cree que Dios existe y que solo es el suyo el que tiene un hueco entre nosotros.

Si no matase a personas inocentes, si fuera un vecino con el que hablásemos de Pascuas a Ramos, diríamos de él que es un gilipollas integral. Pero este sujeto usa un machete de grandes dimensiones y se convierte en terrorista yihadista, se convierte en una enfermedad incurable y peligrosísima para la sociedad.

Ahora bien, Yasin Kanza no representa a todos los marroquíes, ni a todos los inmigrantes que llegan en patera a España de forma ilegal, ni tiene mucho que ver con lo que dice el Corán. Ni hablar. Por eso los mensajes contra el conjunto de árabes, contra el islam en su totalidad, son estúpidos e injustos.

Este tipo debería pudrirse entre rejas el resto de sus días, y con él los que son como él.

El resto de árabes, que son gente de bien, tienen derecho a vivir en comunidad y ser respetados.

Es una pena que la muerte de Diego Valencia se utilice para hacer política, como mercancía electoral. Más de uno tendrá que rendir cuentas con la historia por todo el odio que se está generando, una crispación innecesaria al lanzar mensajes que involucran a todo un pueblo.


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