El silencio de Susana Díaz condena al PSOE-A a la irrelevancia total

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12 nov 2020 / 14:49 h - Actualizado: 12 nov 2020 / 15:03 h.
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  • Susana Díaz. / EP
    Susana Díaz. / EP

Hubo un tiempo en el que el PSOE-A era ejemplo para los socialistas de toda España. Siempre tuvieron, los socialistas andaluces, las ideas claras sobre aspectos fundamentales. Ahora, es preciso preguntarse dónde esta el PSOE-A, qué ha sido de la altura de miras políticas de Susana Díaz o de su sentido de Estado. Ni siquiera los que más cerca han estado de ella pueden entender cómo es posible este silencio, esta falta de arrojo ante situaciones tan extremas como es una pandemia o el intento de demolición del ordenamiento constitucional actual que quiere llevar adelante Pedro Sánchez aunque quiera que las culpas recaigan solo sobre su socio de Gobierno.

El bochorno de ver cómo integra Sánchez en la «dirección de Estado» (como ha dicho él mismo) a EH Bildu y a ERC, sobrepasa las peores previsiones que se hicieron cuando apareció en la escena política un yonqui del poder como es Pedro Sánchez. De hecho, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, califica todo este circo como un «fracaso de país» y añade que «ver a Otegi siendo clave para decidir los PGE del Estado que combatió un grupo terrorista» le produce «una sensación muy dolorosa»; Lambán (Aragón) y García-Page (Castilla-La Mancha) se preguntan cómo se puede encajar en un proyecto de país al que quiere acabar con él; y Susana Díaz calla.

La secretaria general del PSOE-A habla de «aritmética variable» para defender que «cuanto más grandes sean los acuerdos, mejor», le parece bien que el castellano deje de ser la lengua vehicular en la enseñanza española y no critica los votos que se está asegurando Sánchez con ERC y EH Bildu.

¿Tanto necesita Susana Díaz poder seguir ocupando su cargo? ¿Dónde quedó la postura clara y la relevancia de esta mujer que aspiró a llegar a lo más alto?

Resulta una decepción enorme y un bochorno difícil de digerir.

No puede Susana Díaz mirar hacia otro lado. Se trata de la demolición del Estado tal y como lo conocemos. Se trata de salvar la división de Poderes y la Monarquía parlamentaria como forma de Jefatura del Estado; se trata de salvar el idioma, se trata de dejar intacta la soberanía nacional sin que se convierta España en esa idea tan estúpida que habla de plurinacionalidades; se trata de impedir que el Congreso de los Diputados se quede sin voz porque se imponen medidas excepcionales; se trata de defender la libertad de prensa y de expresión frente a la creación de órganos censores y de intervención; se trata de no dar rienda suelta a una política fiscal que, elevando los impuestos en plena pandemia, asfixiará a las empresas españolas. Susana Díaz debe entender que este planteamiento que ha asumido Sánchez como propio es peligroso para todos y que ella, dado su cargo y su experiencia, no puede estar en silencio. Aunque le cueste el cargo debe intentar defender esa España por la que tanto han peleado los socialistas andaluces durante decenas de años.