El síndrome del Hyde

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11 dic 2022 / 04:00 h - Actualizado: 11 dic 2022 / 04:00 h.
  • El síndrome del Hyde

Posiblemente te suene el Mr. Hyde de la novela de Stevenson, un relato magistral sobre la doble personalidad. Como amante de la psicología y fan de la creatividad, me resultó más que interesante descubrir la «vuelta de tuerca» que se daba al personaje del novelista inglés en la serie de Netflix «Wednesday». Ahí ya no se habla de Hyde (como persona) sino que se alude «al Hyde», una criatura con aspecto monstruoso que, originalmente, era un ser humano y llega a ese estado a través de la «activación» de algún mecanismo psicológico, por ejemplo, la manipulación de ciertos recuerdos.

Alucinante, ¿verdad? pero, como suele suceder, la realidad supera a la ficción. Literalmente, «Hyde» alude a «lo oculto», y no me refiero a la esfera privada, personal, íntima... No, porque precisamente lo más cercano, lo que más amamos es lo que nos hace más humanos, más vulnerables, más sensibles al entorno y el Hyde es justamente el antónimo de todo esto. Razonar, conectar, dialogar... Nada de eso es útil ante este tipo de monstruíto cuyo hobby es disfrutar haciendo daño gratuíto...

Retrato robot del «Oculto»

Y, entonces ¿qué hacemos? Pues, lo mejor para preservar tu salud mental, emocional y física es poner tierra de por medio, intentar cruzártelo lo menos posible (vaya a ser que lo enfades y te transformes en el blanco de su ira), de gestionar estas cosas debe encargarse un profesional. Los Hyde (»Ocultos») son expertos en crear incertidumbre, nuuunca tienes la más mínima idea de por donde te van a salir, (lo cual es bastante peligroso), con ellos, el susto está más que asegurado. Generadores de inseguridad, manipuladores natos, promotores de la discordia, secuestradores de la cordial convivencia, chantajistas en potencia... En esencia, éstas son algunas de las señas de identidad de esta «criatura», ¿te suenan? es posible que te hayas cruzado con alguna.

Importante es que sepas identificarlas y que reacciones a tiempo para que no te causen ningún disgusto. Como decía William James: «El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al alterar sus actitudes mentales», contádselo al Hyde, él aún no lo sabe...