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El valor de un ladrido de rabia

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12 ene 2016 / 22:38 h - Actualizado: 12 ene 2016 / 22:38 h.
"En positivo"

Qué poco cuesta hacer feliz a alguien, y que trabajo más enorme fastidiar la vida a otras. Los que fastidian a otros tendrán sus motivos para este fin, no lo dudo, pero qué malestar tan profundo sentirán para querer hacer la vida mala a otros.

Los motivos de las personas que hacen daño son siempre básicos. En general, carencia de autoestima, o sea que no se valoran nada a ellos mismos y así tampoco pueden valorar a otros. Como se sentirán mal con ellos mismos esto lo trasladan a su entorno y a las personas cercanas. Si fuesen un poquito más felices con ellos no necesitarían amargar a otros, ni quitar méritos a los logros ajenos.

Según sea uno de feliz consigo mismo, así lo traslada a lo cercano. Pero no todos los que se valoran poco son malos. Las carencias afectivas, el no haberte sentido integrado, puede hacer pensar que eres de menor valía, cosa que no es cierta, pero necesitamos vernos dentro de un colectivo para sentirnos bien. Hay gran diferencia entre los que te hacen la vida fácil y los que intentan amargártela. Para mí son torpes los que quitan mérito a lo conseguido por otros, y son inteligentes los que lo alaban. Ya lo dijo Cervantes en su Quijote: «Ladran, luego cabalgan», una frase para mí muy importante y reveladora.

A mi entender, cuando alguien va consiguiendo tener ilusión y está cerca de sus metas, ya se encargará alguien de ladrarle, vamos, de quitarle mérito, para que así el otro no se sienta bien. Es un logro conseguir que alguien te ladre, porque es señal de que vas consiguiendo tus sueños.

Los torpes-malos son estímulos para las personas inteligentes-buenas sin querer hacer que avancen. Si alguien no te trata bien, si te intenta amargar, debes ver entre líneas el mensaje. Estás delante de una persona amargada y lo correcto es valorarte más a ti mismo y a tus logros, porque por eso precisamente te tratan mal. Los que consiguen valorar los ladridos de rabia de otro le agradecen el cumplido, porque es señal de que van por buen camino para ser feliz y esas son las rabias de los que no lo consiguen.