El Viacrucis

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09 mar 2017 / 23:52 h - Actualizado: 09 mar 2017 / 23:54 h.
"Cofradías","Cuaresma"

No soy ninguna experta en cuantificaciones ni estadísticas, pero cada año se hace más evidente, al menos para mí, que la cantidad de fieles que asiste al Viacrucis de las hermandades mengua progresivamente. No sé si achacarlo a que el día de su celebración parece poco adecuado o a la falta de tirón (sin que el de este año sea el caso) que tienen las imágenes designadas para presidirlo. Este pasado lunes seguí a la impresionante imagen del Señor orando en el Huerto al finalizar el piadoso ejercicio, y cuando el paso emprendía camino hacia la Capilla Real, apenas unas pocas decenas de fieles contemplaban y/o acompañaban al paso en su discurrir por las naves catedralicias. Lo mismo sucedió en demasiados puntos del recorrido de vuelta a su capilla. Conste que se trata de una venerada imagen con gancho y solera suficientes para despertar la mayor expectación entre los sevillanos, por lo que no quiero pensar qué sucederá cuando le toque el turno a cualquiera de las imágenes de la periferia de la ciudad que, aunque pueden tener gran raigambre en sus barrios y todo el derecho del mundo a presidir este Viacrucis, son escasamente conocidas por una gran mayoría de los habitantes de esta ciudad y, por tanto, su salida procesional para este evento resultará poco o nada atractiva para el gran público. Desde mi punto de vista, urge dar a este asunto una rápida y eficaz solución si no queremos que este acto siga languideciendo en el futuro de forma tan alarmante. Tal como yo lo veo, solo caben dos alternativas posibles: la primera sería desterrar el acto de la Cuaresma, ya que durante la misma, y de martes a domingo, el noventa por ciento de las hermandades de penitencia celebran sus cultos. No sería mala idea trasladar el Viacrucis al viernes o sábado anterior al Miércoles de Ceniza, a pesar de los carnavales. La segunda –Dios no la quiera– pasaría por llevar, de forma privada, la imagen designada hasta la Catedral, de manera que al público, el poco o mucho que hubiera, no le quedara más remedio que asistir al Viacrucis si quiere ver la procesión.