El 'Ideal Andaluz. Varios estudios acerca del Renacimiento de Andalucía' en 2021 no lo está escribiendo un notario de Casares, de nombre Blas Infante, sino un ingeniero informático de Vélez-Málaga llamado Bernardo Quintero. Él encarna en clave contemporánea el Ideal y el Renacimiento, que, parafraseando el himno, sea por Andalucía libre de desempleo, España próspera y la Humanidad cibersegura. Por sus logros profesionales y decisiones empresariales lo conoceréis, porque es muy infrecuente que acuda a actos públicos y a encuentros sociales. No pierde el tiempo en esos menesteres porque está ocupado intensamente en desafíos mucho más importantes para la sociedad global de hoy y de mañana. Y Andalucía se beneficia de su enorme hazaña. ¿La desconoces? Él es de los andaluces talentosos, tenaces y sobrios que ha hecho realidad el mito de que podíamos ser Silicon Valley. Empleo de calidad basado en la materia prima con más valor añadido: el talento. En lugar de emigrar en 2012 a golpe de talonario a la California de Google, es Google quien invierte en Málaga para fortalecer el liderazgo tecnológico que le reporta en ciberseguridad Bernardo Quintero y su creciente equipo de profesionales en su empresa VirusTotal.
Cuando el gigante tecnológico le hizo una oferta irresistible para ficharle y que se mudara con VirusTotal a la meca de los internautas, Bernardo Quintero, siendo una pequeñísima pyme que trabajaba a salvo de 'hackers' desde un chalé de la urbanización El Candado, le dijo a los ejecutivos de Google que aceptaba la compra e integración siempre y cuando él y su equipo siguieran trabajando desde Málaga, desde el chalé. Y Google pasó por el aro. Pueden hacerse una idea de cuál es el nivel puntero de calidad de la quinta de Quintero para que una empresa tan poderosa y tan deseada acepte esa condición. Más difícil aún de admitir que estuvieran a 9.570 kilómetros de distancia de los despachos presidenciales cuando los fichaban para dedicarse a desarrollos de una vertiente tan estratégica como la seguridad del sistema en las búsquedas y accesos a webs, en las comunicaciones y en los ficheros digitales que se comparten, territorios en los que se camufla la miríada de ciberpiratas y de cibertiranías.
Nueve años después, Google está tan a gusto con las prestaciones del 'equipo Málaga', cuya plantilla ya asciende a la cifra de 40 personas, que ha aceptado la propuesta de Bernardo Quintero para que sea la capital costasoleña el lugar de Europa donde invierta con el fin de crear un centro internacional de investigación en ciberseguridad. Con Quintero llevando la batuta, y aceptando reformar el céntrico edificio que era antaño el Gobierno Militar, en el Paseo de la Farola, en una de las zonas más cercanas al mar dentro de la ciudad. Porque en el siglo XXI son cada vez más los creadores de empresas que quieren ubicar sus sedes en calles y barrios normales en lugar de trasladarse al modelo urbanístico periférico de parques empresariales y tecnológicos. La tendencia es meridiana: no solo ha de haber áreas urbanas y metropolitanas con mayor implantación empresarial, sino que todos los barrios pueden y deben ser territorios habitados por empresas de actividad digital.
El VirusTotal de Bernardo Quintero, como el de otros emprendedores admirables, es la vacuna que necesita Andalucía para resolver males endémicos como soportar de modo cronificado un mayor porcentaje de desempleo y de pobreza en comparación con la gran mayoría de las regiones españolas y europeas. Todo lo que ha impulsado y está vertebrando es fruto de la iniciativa particular, del esfuerzo, de atreverse sin miedo, de marcarse retos fuertes, de entender que ser de Vélez-Málaga es 100% compatible con los ámbitos de actividad que hoy pilotan el devenir del mundo. Sofisticación en los lenguajes de la informática va de la mano de llamar 'espeto' y 'boquerón' a las salas desde las que realizan sus videoconferencias en un partenariado sin fronteras. Y todo ello desde la sencillez, sin buscar notoriedad, sin vender humo, sin pedir subvenciones, sin dar coba a los gobernantes, sin formar parte de los tiralevitas que pululan para llevárselo calentito en planes políticos donde se gasta mucho dinero con muy poca eficiencia. Conforme siga creciendo el número de bernardoquinteros en el censo andaluz, esa capacidad de empoderamiento solucionará la herida que lleva demasiado tiempo abierta por la diferencia que existe entre el potencial de Andalucía y la radiografía de Andalucía.