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En la encrucijada ¿Qué se puede hacer?

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13 mar 2022 / 10:31 h - Actualizado: 13 mar 2022 / 13:28 h.
"Tribuna"
  • Gustavo Valiente / Europa Press
    Gustavo Valiente / Europa Press

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Hoy pretendía reflexionar acerca de lo que escribe Núria González López en su libro “Vientres de alquiler. La mala gente”; pero lo que está ocurriendo entre Ucrania y el señor Putin, porque no se puede responsabilizar al pueblo ruso de lo que su presidente está haciendo, me ha llevado a la encrucijada en donde los caminos que se mezclan me dejan perplejo y sin tener la seguridad que el que decida seguir sea el más acertado.

En mi artículo de la semana pasada concluía señalando que la solidaridad es, ante todo, ayudar a que la libertad no muera porque matándola la democracia desaparece y esto es una realidad que se está dando, fomentando un sufrimiento sin límites.

La encrucijada nos tiene a todos los países democráticos en un dilema y la opción para salir del misma es muy complicada.

Los esfuerzos diplomáticos se están multiplicando; pero todo lo que se está haciendo lleva una vez tras otra al punto de la encrucijada porque existe una postura decidida, la del señor Putin, de adueñarse de una democracia, la de Ucrania. Él no tiene duda de qué camino ha elegido, la destrucción de un país y la muerte de sus ciudadanos. Nosotros, los países democráticos, nos hallamos en un camino con un gran precipicio y caernos podría suponer iniciar una caída libre con muy pocas certezas de que podamos encontrar un punto seguro en donde agarrarnos.

Una vez más Europa está inmersa en una crisis de incalculables consecuencias. Preguntarse a estas alturas de quién es la responsabilidad, no tiene ningún sentido; pero lo que sí es cierto es que los últimos 10 años Europa ha vivido encerrada en una tensión interna de autodestrucción, llegando a cuestionar, algunos grupos, la razón y el sentido de la Unión Europea.

La vieja Europa, construida con dolor y sufrimiento, nos llevó, de la mano, de grandes estadistas y políticos, a la Unión Europea, a lo que hoy tenemos y a lo que con una metodología de autodestrucción llevamos años intentando que desaparezca. Europa vive una especie de bipolaridad de la que hay que salir.

Estamos en una encrucijada y lo que podemos hacer es reforzar con más ánimo y con más empeño la Unión Europea y para esto necesitamos estadistas que igualen a Alcide De Gasperi, a Konrad Adenauer, a Robert Schuman y a Jean Monnet. En uno de mis artículos escribí sobre Europa y los padres de la Unión Europea y señalé los principios ideológicos que éstos tenían, democratacristianos y socialistas principalmente, aderezados con una dimensión liberal.

Nos hallamos en un crucero decisivo en el cual tenemos que elegir un camino nuevo, distinto al que tenemos, no podemos seguir abocados a caernos por el precipicio.

El camino no es otro que el de reforzar Europa y esto significará caminar hacia una verdadera Unión de Estados de la Unión Europea. No podemos seguir con la indefinición que actualmente tenemos porque ésta es nuestra gran debilidad.

La encrucijada está en que aparezcan estadistas con visión de futuro y con la decidida virtud de que dejemos de comportarnos como jóvenes adolescentes y aceptemos ser adultos que buscan el bien común de la Unión Europea.

No sirven ya las excusas que nos mantienen un día en Europa y otro marcando diferencias con la Unión Europea.

Los ciudadanos, cada día, con más claridad entendemos que Europa tiene que constituirse en una federación de Estados, que nos lleve a llamarnos los Estados Unidos de Europa.

Ucrania está poniendo los muertos, ha pedido, por vía de urgencia, la incorporación a la Europa que hoy tenemos, la respuesta de nuestros estadistas ¿cuál ha sido? seguir adentrándonos por el camino con el precipicio, estrujando nuestras expectativas europeas porque el señor Putin nos tiene la medida bien cogida.

Por otro lado, tenemos a un Estados Unidos dispuesto a elegir un camino que acabe con Putin.

Nuestra decisión debería de ser valiente, aceptar a Ucrania en la Unión Europea y a partir de este momento poner en marcha un proceso constituyente de Europa, hoy, todavía se puede porque el Grupo Popular y el Grupo Socialista Europeos tienen una alta representación en el Parlamento Europeo. Si dejamos pasar esta oportunidad seguiremos en el camino del precipicio.

Tenemos la oportunidad de construir una Europa diferente a la que tenemos ¡hagámoslo! Si no lo hacemos nosotros lo harán personas como Putin; pero con una gran diferencia, nosotros queremos realizarlo haciendo crecer la democracia, las personas como Putin lo quieren llevar adelante con terror, con destrucción y con miedo.

En Ucrania nos jugamos mucho. Que este país caiga en los brazos envenenados de Putin será el inicio de que otros países también vayan cayendo en el ámbito de influencia de Putin.

¿Quién se atreve a asegurar que su afán concluye en Ucrania?

Los europeos tenemos que salir de nuestro letargo y huir de quienes, desde dentro, quieren destruir Europa. Apostar por los Estados Unidos de Europa implica grandes cambios en la configuración de los mismos; pero también es comprensible que, si no nos decidimos por esta vía, el tiempo de la desaparición de Europa, tal y como ahora está dibujada, seguirá marcando el camino del precipicio.

Europa debe de globalizarse desde una perspectiva europea y lo tiene que hacer si quiere que la democracia sea el camino elegido en la encrucijada en la que nos encontramos.

Nos estamos perdiendo en nuestros propios problemas domésticos. Nuestras incoherencias nos están llevando a perder la lucidez que deberíamos de tener para fomentar, en momentos como los que estamos viviendo, la elección adecuada.

Y ya que hablamos de encrucijada, el PSOE y el PP, por la falta de sintonía entre ambos vivirán la encrucijada de optar para configurar gobiernos el tener que depender de populismos y separatistas y, claro, la democracia se está resintiendo.

En varios de mis artículos he escrito sobre la necesidad de gobiernos de coalición entre el PSOE y el PP; pero nada, ellos a lo suyo. Si ellos no quieren avanzar en este camino, lo que hacen es arriesgarse en un camino lleno de barreras con un precipicio inmenso.

Lo hizo el PSOE uniéndose al populismo de izquierdas y a los separatistas desde la legalidad de las urnas y lo ha hecho el PP aceptando un gobierno de coalición con el populismo de derechas, también desde la legalidad de las urnas.

Tanto el PSOE como el PP tienen mucho que cambiar y ninguno de los dos podrá seguir criticando al otro mientras sigan eligiendo en la encrucijada el distanciarse y el no ponerse de acuerdo para gobernar sin la necesidad de terminar apoyándose en quienes ambos niegan cuando hacen campañas electorales que no lo harán. La hemeroteca es un vivo ejemplo de ello y saca los colores a los políticos.

¿Dónde está el pecado? En la autosuficiencia, en la soberbia, en la cerrazón, en el desprecio, en el rencor, en la elección de un camino equivocado.

Europa está afectada de muchos populismos y esto, quizá, también ayuda a la propia autodestrucción y a la imposibilidad de elegir en la encrucijada el camino de la constitución de los Estados Unidos de Europa.