Cuaresma 2023

En mis recuerdos...

Image
29 mar 2023 / 08:30 h - Actualizado: 29 mar 2023 / 09:08 h.
"Cofradías","Cuaresma 2023"
  • Rafa Serna durante su pregón. / El Correo
    Rafa Serna durante su pregón. / El Correo

Amaneció como amanece siempre, envuelto de añoranzas y nostalgias. Desperté y recordé aquel día que ya se encuentra marcado como un poderoso legado para la historia donde se presagiaba, se sentía, y presentía, lo que estaba por llegar.

Fue ese Domingo de Pregón, y allí, en ese atril que Sevilla planta en su más excelsa belleza para que le rindan honores aquellos que privilegiados ostentan, el honor de cantarle, y rezarle, lo radiante de su infinita hermosura. Esos elegidos que cuentan con el inmenso privilegio de llenar con piropos y alabanzas a esta Sevilla, que para ese día, viste y se engalana, con sus mejores ofrendas.

Y así fue, el ritual de Domingo del Pregón es como la propia Semana Santa, sabemos lo que vamos a vivir, pero siempre será distinto y desigual, llevará el mismo fondo para cambiar esencialmente las escrituras.

Y no me pude serenar, desde primeras horas y al alba, una constante, su imagen, su voz, su oración, su poema, y su plegaria.

Su recuerdo...

El del poeta, mi amigo, el que le dijo a Sevilla, como a una novia enamorada, cuanto amor encerraba en aquella dulce sinfonía de versos que no terminaban, y volvían a empezar, y en el alma nos arañaban, y seguían, y no tenían fin, y ya en aquella célebre locura donde vació su amor, todavía tuvo la inspiración de llamar a las puertas del cielo para tener la más bella y placentera conversación con el Señor que moraba en su corazón.

Nunca podremos olvidar aquel dialogo que mantuvo cara a cara con el Señor Sentenciado y que llenó de Esperanza uno de los pasajes más cumbres de la historia del Pregón.

Sí, hablamos de Rafa Serna, Rafa le sacó hasta los colores a esta bella y universal ciudad de María Santísima con tal canto de amor y grandeza, que hasta los ángeles bajaron, de ese cielo que custodiaban, y que en su inmensa locura, brillaban alrededor, porque querían proteger en nombre del Creador, a ese hombre que tanto sintió, el amor de nuestra pasión por una eterna ilusión.

Así era Rafa, imposible su olvido allá pasen los años, quedará por siempre la excelencia de sus poemas, será recordado por su valentía, su fuerza, su vida... por entregar el alma a su familia, por ser tan amigo de sus amigos, por revestir de sueños en aquella noche mágica de Reyes las ilusiones de mayores y niños.

Jamás olvidare aquella cara cuando el sueño acabó, exhausto, pero inmensamente feliz. Estaba agotado, no podía tirar de su cuerpo, pero nada ni nadie lo podía parar, quería seguir, y seguir, y seguir...

Cuanto habrías disfrutado, hermano, el día que tu niño, sangre de tu sangre, raza y pundonor de tu mismo guarismo, se sintió costalero del Señor de Su devoción en su primer ensayo de costalero sintiéndose los pies de su Señor, ese Señor de su amor, de su vida y la tuya, ese que Sentenció la más grande de las Esperanzas, y que tú conocías muy bien en las distancias cortas...

¿Habrá alguien que sienta más a su Señor guapo, ese que guarda y protege junto a la Roma imperial la Esperanza de Sevilla, que él, que Rafita...? le podrán empatar, pero imposible superarlo, corazón y alma morado, presente en todos los momentos en las embestidas de su vida, pero no pudo ser, son las cosas de nuestras cofradías, ya sabes tú, amigo mío, las cosas... y para qué extendernos más.

Algún día será... porque los sueños se cumplen.

Te recuerdo, te sueño, te siento, a veces sigo leyendo aquellas locuras en forma de poemas que todavía mantengo en nuestras conversaciones en mi viejo móvil, esos pequeños pregones que dabas cada día mientras todos dormían, eso que tan feliz te hacía. Escribir acompañado de las musas tempranas en la mañana de la inspiración.

Sigues presente en la memoria de todos los que te queremos, en la de todos aquellos a los que les dejaste a través de tu palabra aquel Domingo de Pregón, el mejor de tus legados, ese que te convirtió en leyenda, ese que cincelaron y labraron, los querubines que bajaron, con su amor y su quebranto, para ser historia por siempre, de tu Sevilla en su llanto, por la partida eterna, en la que serás recordado.

Y forjaron tu nombre en pinceladas de oro para los siglos de los siglos en los versos más dulces que la armonía del poema pueda encerrar en el corazón del poeta, esos que siempre buscamos, y que nos arañan el alma, en cada estrofa, en cada recuerdo, de aquel día.

Te fuiste, pero nunca te marchaste, aquí te quedaste, siempre vivo en tus recuerdos.

Admito y siento una devoción suprema por ti, mi querido Rafa, nunca olvidaré aquel fatídico día para mí, aquel consejo cuando mi madre enfermó y tú fuiste el primero en saberlo, no supe que hacer, me paralicé, y tú estando como estabas... yo no sabía cómo decírselo, ni a quien contárselo, y aquella conversación donde me pediste que me dirigiera a San Lorenzo, y pusiera los designios de mi madre en sus manos, me llenó de paz, y de fe, y de Esperanza. Bendito sea Dios y bendito el cielo que cubre y protege a Sevilla, porque el Gran Poder existe, y es de verdad. Él me enseñó el camino. Aquel que tú me marcaste en aquel abrazo, en aquella lágrima, en el dolor más grande de mi vida.

Bueno... sólo me dejé llevar en el vacío de este folio en blanco porque te recordé de forma muy especial en el pasado Domingo de Pregón y está muy reciente, donde el amigo Casellas lo bordó, y lo hubieras disfrutado mucho.

Aquí te dejo mi oración, mi recuerdo, y mi añoranza. Decirte que te echo mucho de menos, que te quiero, y te querré siempre, que nunca te olvido.

Busca a Bienve por allí, hermano, dile también que lo quiero, era muy importante en mi vida, y dile a mi madre que daría mi existencia entera por un abrazo, por un beso, por un te quiero, junto a ella.

... se me olvidaba, amigo. No te pierdas el Sábado Santo a mi Soberano, detrás llevaremos a esos que tú tanto querías, esos que tantas veces acompañaron tus versos, a esos a los que llamaste un día, los sonidos de Sevilla, tu Banda y tus amigos de Virgen de los Reyes.

Formaremos un lío gordo... tú verás, un hermoso y bendito taco.

Hasta siempre, querido.

Un beso al cielo, Rafa.

“YO SOY” todo tuyo.