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Pasa la vida

¿En qué vas a cambiar con la emergencia climática?

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
08 dic 2019 / 07:35 h - Actualizado: 07 dic 2019 / 16:39 h.
"Pasa la vida"
  •  ¿En qué vas a cambiar con la emergencia climática?

Estas Navidades no son blancas sino climáticas. Los renos de Papá Noel le han pedido a los camellos de los Reyes Magos que les expliquen cómo se sobrevive sin glaciares en las montañas, y sin permafrost helado que cubra enormes praderas reteniendo en el subsuelo inmensas cantidades de gases de efecto invernadero como el metano. Los niños y niñas que vean en los cines el reino helado de Frozen le preguntarán después a sus abuelos cómo pueden ayudar a Anna y Elsa para que su mundo mágico no se derrita como predicen en el cole y en la tele. La industria del entretenimiento estira sus guerras de galaxias para ración doble de refrescos y palomitas mientras Han Solo e Indiana Jones le ceden la palabra a su alter ego, Harrison Ford, para que alcance el minuto de oro en Youtube con este mensaje: “Votad a líderes que crean en la ciencia y comprendan la importancia de proteger a la naturaleza. Todos nosotros, ricos y pobres, más poderosos y menos poderosos, vamos a sufrir los efectos del cambio climático y la destrucción del ecosistema. Nos enfrentamos a la que se está convirtiendo en la mayor crisis moral de nuestro tiempo”.

Y la pregunta más importante está llegando a todos los hogares, de puntillas, a través del Espíritu de la Navidad. Habita en el silencio. Cuando nos miramos al espejo. La voz interior de la conciencia se abre paso sin ambages para concretarla: ¿qué decisiones estás aplicando en tu día a día para ayudar en la emergencia climática? ¿en qué vas a cambiar, por tu bien, por el de tus seres queridos y por el de los demás que esperan de ti lo mismo que tú pretendes de ellos?

España está formalmente en estado de emergencia climática desde el 17 de septiembre, cuando el Congreso de los Diputados aprobó por amplia mayoría una moción para que todas las políticas de las administraciones públicas estén alineadas en la prioridad de reducir emisiones contaminantes y conseguir la transición ecológica que frene el calentamiento del planeta. El Parlamento Europeo votó a favor hace dos semanas, el 28 de noviembre, para establecer la declaración de emergencia climática, exhortando a toda Europa a acelerar todo tipo de cambios porque los estudios científicos indican que estamos en serio riesgo de reaccionar demasiado tarde. El secretario general de Naciones Unidas, el ex primer ministro portugués Antonio Guterres, inauguró el pasado lunes 2 de diciembre en Madrid la Cumbre por el Clima diciendo: “El cambio climático ya no es un problema de horizonte a largo plazo. El punto de no retorno ya está a la vista y se precipita hacia nosotros, nos enfrentamos a una crisis climática global”.

La primera providencia es exigir cívicamente a todos los gobernantes, desde los municipales a los supranacionales, que se les acabó la moratoria para perder tiempo tapándose con documentos y plazos que no se cumplen. La segunda es respaldar a los políticos, funcionarios, empresarios, comerciantes, asociaciones, medios de comunicación, etc., que se atrevan a poner en marcha alternativas rigurosas, removiendo sin miedo y con datos todo tipo de inmovilismos y presiones. La tercera es interiorizar la perspectiva ambiental en todos los ámbitos y comportamientos de la sociedad. A nivel individual y colectivo. Con empoderamiento, con prioridades escalonadas para transformar todo nuestro sistema de productos, servicios, poblamientos, energías, transportes y residuos. Sin nervioseras, sin fanatismos. Usando la cabeza para razonar, no para embestir. Este reto no consiste en ser ecologistas huyendo del mundanal ruido, sino en implementar sin dilación el paradigma de la sociedad del conocimiento. Porque ya tenemos información y tecnología fiables para poner en práctica las pequeñas y grandes soluciones.

Incluso las personas más escépticas a la dialéctica de la emergencia climática han de plantearse un objetivo mucho más próximo a su mentalidad y a sus intereses: ¿De verdad quieren acostumbrarse a perjudicar su salud respirando en su ciudad cada vez mayor cantidad de partículas contaminantes en suspensión?

Están en camino los surtidos de buenos deseos navideños y de buenas intenciones para iniciarlas tras fin de año. El amigo invisible que llevamos dentro les va a sorprender porque su regalo incluye una dedicatoria: ¿Qué te propones hacer, y qué dejar de hacer, desde tu lugar en el mundo, para que las heridas del planeta no nos hagan la pascua a todos?