La Tostá

Enfermos en Vox

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
16 nov 2019 / 10:35 h - Actualizado: 16 nov 2019 / 10:37 h.
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El éxito de Vox ha sido espectacular pero es imposible que puedan llegar a gobernar algún día. En cuanto la derecha democrática se regenere y la izquierda deje su radicalismo y se una, se acabó el éxito de la ultraderecha. No sé por qué les molesta tanto que les llamen de esta manera, la verdad. No hay nada que me guste de esta formación política, pero he de reconocer que me interesaba la ausencia de complejos de su líder, Santiago Abascal, la tanqueta del norte. Estamos en un país democrático y, por tanto, todos los partidos legales merecen un respeto. Pero a pesar del éxito, este partido es un desastre y en la campaña electoral han dicho unas cosas tremendas que no caben ya en un Estado de derecho. Con los datos, por ejemplo, tienen un grave problema, porque no dan una. Cuando se dan datos y cifras hay que contrastar bien la información y no lo hacen. Con la inmigración están haciendo el ridículo más espantoso. Se puede entender que odien a los inmigrantes, algo normal en los ultraderechistas, pero que no mientan como bellacos cuando se refieren a ellos en asuntos como la sanidad, el mercado laboral, la inseguridad ciudadana o lo que nos cuestan a todos. ¿Mienten por desconocimiento o de manera intencionada para manipular a los ciudadanos y sacar votos? Está claro que por lo último, porque cualquier ciudadano puede consultar hoy esos datos con solo buscarlos en Internet. Por tanto, está claro que juegan sucio y que tienen muy mal concepto de sus propios votantes, que lo mismo los pescan en caladeros de la derecha, como de la izquierda. Hay obreros que han votado a Vox, en barrios donde hay pobres por castigo. Claro, les dicen que los inmigrantes vienen a quitarles el trabajo, las camas de los hospitales y la seguridad. Pero no se puede vivir siempre de las mentiras y en cuanto pase esta crisis política que existe, adiós a este partido, porque aunque no lo parezca últimamente, los españoles tenemos memoria. Seguramente a la izquierda le va a venir bien que hayan llegado al Parlamento de una manera tan impresionante, porque se tendrá que poner las pilas. No tiene sentido que en un país como España, con lo que ha sido aquí la ultraderecha, el franquismo o el fascismo, exista un partido lleno de enfermos de odio capaces de cualquier cosa. Unos majaras que hablan de muros o abortorios y que hacen distinciones peligrosas entre delincuentes de dentro y de fuera, negros o amarillos, con papeles o sin ellos. Son un peligro para la democracia constitucional española y esto lo piensan más de la mitad de los ciudadanos de nuestro país. No dudo que haya personas interesantes en Vox, como tampoco que existan muchos enfermos entre sus líderes, de los que se van a sentar donde Tejero entró dando tiros cuando comenzábamos a embelesarnos con el paisaje de la democracia. Nada menos que 52 diputados, algo que pone la carne de gallina. Si Santiago Abascal no reparte bozales o quita de en medio a tanto enfermo, que no le coja demasiado gusto al caballo del poder.