¿Qué pasará el día que los populismos también defrauden, qué será de nosotros? Las corrientes políticas adanistas, esas que afirman que el mundo empieza justo con ellas, están sometidas a la maldición de la perfección. Es por eso que el material genético con el que se las construye tiene algo de sobrehumano, por la sencilla razón de que no se pueden permitir la mínima debilidad, el menor error. En cuanto se les nota algo de avaricia, envidia, gula o ambición, y basta sólo una pizca que vaya más allá de lo socialmente tolerable, el invento corre el riesgo de implosionar, de desaparecer a más velocidad que con la que nació. La pulcritud como estado, como forma de ser, no tolera la más mínima mácula. El dedo acusador de los Savoranola no osaría nunca hurgarse la nariz.
Pues esto que nunca debe pasar, está pasando en Italia. A la alcaldesa de Roma del movimiento cinque estelle, el del humorista Beppe Grillo –padre creador del potente significante casta–, la joya de la corona del partido, el cargo público más importante de los azotadores de todo lo viejo y corrupto, le acaba de salir un enorme grano de pútrida corrupción justo en el despacho contiguo al suyo, en el que ocupaba su lugarteniente más directo y querido, el sujeto por el que pasaba toda la política municipal. Casi cuatrocientos mil euros de nada como mordida de una operación de compra y venta de viviendas, que se sepa, pues otros casos no se han querido investigar por haber prescrito.
La debacle, el acabose, el hundimiento, el fin; son humanos. La alcaldesa no quiere dimitir, pese a que defendió la inocencia de su estrecho colaborador hasta el final. Miembros del partido que afirman que pedir perdón no es suficiente. Pero para todos es evidente que los Armani que llevaba Savoranola bajo la sotana han quedado al descubierto. Marra, que así se llama el corrupto, tenía contactos, sabía desenvolverse, esta era su utilidad para una alcaldesa advenediza. Un diputada grillista afirma: el virus de la debilidad humana se ha inoculado en el movimiento infectándolo de forma grave, veremos si definitiva.
¿Qué viene detrás del populismo?
Vistalegre. Pablistas frente a Errejonistas, en medio de ellos, como ariete definitivo, los anticapitalistas (en un proyecto para media España, ausentes como están la Colau y la Oltra). Una batalla por miedo al contagio. Hegemonía como pureza o como expansión. En el autobús de los íntegros caben los que tienen que caber, ni uno más. Ganarán estos, están más curtidos. Como una piña, sin jamás ser vencidos, hacia la nueva IU 2.0. Con el tiempo Pablo dejará su sitio a Alberto, se sabe amortizado, todo llegará. Pero será la forma por él elegida para seguir siendo azote de dios, sin tener que mancharse las manos. Y todo por el humano miedo a que un día le pique la nariz y no tenga con qué sonarse.