Escuela de hermanos costaleros

Image
17 mar 2016 / 21:54 h - Actualizado: 17 mar 2016 / 23:31 h.
"Cofradías"

TAGS:

No se asuste el respetable por este título ni piense que propongo crear una institución que enseñe a los sevillanos a llevar los pasos de nuestras cofradías. Nada más lejos de mi ánimo. No me cabe duda de que en nuestra ciudad y en su área de influencia hay un incontable número de jóvenes, físicamente capacitados y técnicamente cualificados, para sacar pasos sin que tenga nadie que venir a enseñarles nada sobre los secretos del mundo de abajo. Precisamente creo que es ahí donde radica el problema. Se nos llena la boca hablando de los hermanos costaleros que brillantemente pasean nuestros pasos y, sin embargo, la triste realidad es que, salvo honrosas y contadísimas excepciones, muchos de estos costaleros son más aficionaos al costal que auténticos hermanos costaleros. Hay muchos, en realidad, deportistas del costal, cuyo mayor sueño sería poder sacar una cofradía cada día de la Semana Santa. Para ellos, cualquier momento o circunstancia siempre son buenos para hablar de asuntos relacionados con las bandas, las cuadrillas o los capataces, por triviales que esos asuntos puedan ser, pero en muy escasas ocasiones se les ve comprometidos en la vida diaria de su hermandad, anteponiendo sus intereses, como grupo, a los de la corporación de la que forman parte. No pocas han sido o son las hermandades que se han visto afectadas por este tipo de hermanos costaleros, constituidos en auténticos grupos de presión y de decisión dentro de las mismas, porque han provocado, en ciertas ocasiones, importantes problemas en su devenir diario. Por todo lo expuesto, creo sinceramente que si queremos seguir manteniendo la figura del hermano costalero deberíamos plantearnos la necesidad de crear una escuela que enseñe a esos jóvenes cuál es el compromiso que adquieren al entrar a formar parte de una hermandad, compromiso que no pueden reducir a que la elección de un determinado capataz o de un acompañamiento musical sea motivo suficiente para poner a su hermandad a los pies de los caballos. ~