Desvariando

Esto es una dictadura

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
26 oct 2019 / 10:07 h - Actualizado: 26 oct 2019 / 10:10 h.
"Desvariando"
  • Esto es una dictadura

El peliculón que hubiera hecho Berlanga sobre la exhumación de Franco. Si no fuera porque hay aún mucho dolor en una parte de la ciudadanía española y más de cien mil desaparecidos, además de medio millón de muertos, esto sería para no parar de sacar chistes y hacer memes. Por otra parte, y aunque la historia del sanguinario dictador está ahí, alguna vez habrá que dejar de hablar y escribir de él e intentar llevarnos bien para que España logre alguna vez ser un país en calma y en paz consigo mismo. Un porcentaje muy importante de quienes van a ir a votar dentro de dos domingos nacieron con Franco ya muerto y estarán más por Casado, Iglesias o el propio Sánchez, que por un señor que les aburre bastante.

Se equivoca Pedro Sánchez si piensa seguir hablando de Franco hasta un día antes de las elecciones. Ayer mismo fue entrevistado en La Sexta por el señor Ferreras y parecía que había ido a enseñar su trofeo, la caza de un muerto ilustre que murió de viejo, en su cama, tras una guerra civil de casi tres años y casi cuarenta de dictadura. ¿Sería posible que se pasara ya página, señor Sánchez? No, no lo hará porque sabe que ha hecho algo grande y que va a ser premiado por ello en las urnas el próximo día 10. Algo grande, sí, que esperaban millones de personas desde hacía varias décadas.

No estoy del todo de acuerdo con los que dicen que se le puede volver en contra y dar el patinazo de su carrera política, porque ha hecho algo que ninguno de los presidentes anteriores fue capaz de hacer. Ni siquiera Felipe González, quien, por cierto, cuando murió el Caudillo, alguien lo invitó a brindar por su muerte y dijo que él nunca brindaría “por la muerte de un español”, en un alarde de templanza y sensatez. Si ahora Sánchez se va a pasear por todas las televisiones con la cabeza del dictador, que tenga claro que sí lo podrán castigar en las urnas.

Ha encontrado un filón con el tema de la Guerra Civil española y los líderes políticos no suelen desaprovechar las buenas oportunidades. El mismo día de la exhumación se fue al Cementerio de la Almudena a ponerles un ramo de flores a las Trece Rosas. Con cámaras, claro. Es un individuo sin escrúpulos, capaz de todo con tal de seguir en la Moncloa. Y tiene una legión de palmeros que aprueban y difunden sus gestas, y colaboradores como los propios familiares de Franco, que han montado el numerito, claro, lo que le viene mejor aún al presidente del Gobierno en funciones. Uno de sus nietos llegó a decir en el Cementerio de Mingorrubio, que “esto es una dictadura”. España, claro. Lo del abuelito Paco fue otra cosa.

Es entendible el pataleo de la familia Franco y nos ha venido de perlas que se hayan dejado ver y, sobre todo, que se hayan retratado. Si no será España una dictadura, que los han dejado hacer de todo y hasta decir tamaña gilipollez, cuando la mayoría de ellos son botarates que han vivido, y viven aún, de los privilegios de ser familiares de un criminal que se quedó con España tras un baño de sangre. Y estos, sus parientes, se creen que todavía tienen derecho a la mamela y a un trato especial. Que se den por contentos, porque sacaron al abuelo en hombros, con honores y el mundo entero viendo las imágenes, en vez de presenciar cómo unos empleados del Valle porteaban la momia con un carrillo de mano.

Sánchez tiene que cerrar ya el circo y hacer una campaña electoral tratando de explicar cómo nos va a sacar de la crisis actual, que es gorda, y no me refiero solo a la de Cataluña. Hay destrucción de empleos y todos los indicativos económicos dejan claro que habrá que hacer grandes ajustes. Esto afecta normalmente a los vivos, y Franco murió en 1975. Solo sigue vivo en las cabezas de quienes olvidaron la clase de bicho que fue.