“Estos días azules y este sol de la infancia”.-(A.M)

Viendo como un “todo”/ Se convierte en “nada”.(F.M.)

Mi deseo primero hubiera sido ser un buen banderillero.(M.M)

Antonio Machado relata, bajo “Juan de Mairena”, cómo se conocieron sus padres: “Y fue que unos delfines, equivocando su camino y a favor de la marea, se habían adentrado por el Guadalquivir llegando hasta Sevilla. De toda la ciudad acudió mucha gente atraída por el insólito espectáculo. A la orilla del río, damitas y galanes, entre ellos, los que fueron mis padres, que allí se vieron por primera vez. Fue una tarde de sol, que yo he creído o he soñado recordar alguna vez.”

Antonio Machado le dice a don Miguel de Unamuno en una carta dirigida, sin lugar ni fecha, pero lo más probable es que fuera desde Baeza: “La muerte de mi mujer dejó mi espíritu desgarrado. Mi mujer era una criatura angelical, segada por la muerte cruelmente. Yo tenía adoración por ella; pero sobre el amor está la piedad. Yo hubiera preferido mil veces morirme a verla morir, hubiera dado mi vida por la suya.”

Manuel, Antonio, José, Joaquín, Francisco y Cipriana Machado Ruiz. Esos eran los hermanos Machado.

Su padre, Antonio Machado Álvarez, "Demófilo", amigo de Joaquín Costa y de Francisco Giner de los Ríos, escribió numerosos estudios sobre el folclore andaluz y gallego. Su madre era Ana Ruiz Hernández. Su abuelo, Antonio Machado Núñez, era médico y profesor de ciencias naturales.

En 1883, su abuelo fue nombrado profesor de la Universidad Central de Madrid y toda la familia se trasladó con él a esta ciudad.

Los abuelos maternos de los Machado Ruiz fueron Rafael Ruiz Pérez e Isabel Hernández García. Ambos tenían una confitería en el barrio sevillano de Triana.

Manuel Machado fue divulgador y renovador de los cantes flamencos, el "cante hondo". El conocimiento le venía de familia, pues su padre, había recopilado las letras anónimas de los cantos en su libro "Cantes flamencos y cantares".

“Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,

a olor helénico y puro, lo "chic" y lo torero.

Un destello de sol y una risa oportuna

amo más que las languideces de la luna

Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,

Con Montmartre y con la Macarena comulgo...

Y antes que un tal poeta, mi deseo primero

hubiera sido ser un buen banderillero.”

Machado Ruiz, Joaquín (1881-1955)

Funcionario de 2ª clase del Cuerpo Técnico Administrativo en el Ministerio de Trabajo y periodista. Al finalizar la Guerra Civil se embarcó camino del exilio en el Formosa, barco fletado por el gobierno de Chile, a instancias de Pablo Neruda, y se estableció con su hermano José y su familia en Santiago de Chile.

Francisco Machado Ruiz nació el 19 de febrero de 1884 en Sevilla. Fue el menor varón de seis hermanos y hermanas. Tras trabajar en el matadero municipal, se licenció en Derecho y aprobó unas oposiciones al Cuerpo de Prisiones. Completó su formación en la Escuela de Criminología de Madrid.

En abril de 1918 fue nombrado subdirector de la Prisión Provincial de Toledo allí escribió su libro Leyendas toledanas (1929). Después de varios destinos llegó en 1936 como director de una prisión de Madrid. El golpe de Estado le sorprendió en Burgos donde había ido con su mujer para celebrar la onomástica de su cuñada, religiosa de las Esclavas del Sagrado Corazón no pudiendo regresar a Madrid.

El 5 de enero de 1950 murió durante el franquismo en Madrid dejando inconclusa su obra Ráfagas de inquietud.

Cipriana (1885).Murió de tuberculosis a los 14 años en Sevilla o Madrid(¿?).

José Machado Ruiz (Sevilla, 18 de octubre de 1879 – Santiago de Chile, 26 de diciembre de 1958) fue pintor, dibujante y profesor.​ Compartió con el poeta y su madre los últimos años de ambos, y fue el único miembro de la familia que los acompañó en el lecho de muerte en Colliure. Se exilió en Chile en 1940 y no regresó a España.