Los medios y los días

Exaltación de la vagancia

Image
03 dic 2022 / 05:01 h - Actualizado: 03 dic 2022 / 05:01 h.
"Los medios y los días","Lotería de Navidad 2022"
  • Exaltación de la vagancia

Circula por la radio un anuncio de esos de los botes millonarios de los sorteos. El mensaje es que si te toca no tendrás que levantarte para ir a trabajar cuando suene el despertador, sino que te levantarás cuando te salga de las partes bajas. O sea, exaltación de la vagancia. Soy consciente de que a una gran parte del personal no le gusta trabajar, pero, oye, ¿qué hay de malo en trabajar? El anuncio lo que persigue es anular la razón de ser de la persona que es buscar su alimento, cazar, darle un sentido a su vida y a eso se le llama existir, no es simplemente vivir, como hace un geranio o una mascota, se trata de existir.

¿Se acuerdan la que le armaron a Juan Roig, el de Mercadona, cuando dijo que había que trabajar como chinos? A China la criticaremos mucho, pero miren dónde se ha colocado en unas décadas, ya es habitual comprar en los chinos, son las mejores tiendas para los desavíos, muchas no cierran los domingos y las grandes empresas se llevaron allá su producción, empezando por la de las mascarillas. ¿Dónde estamos nosotros con tanta democracia y tanto bote de euromillones a los que adoramos y aspiramos para no levantarnos de la cama cuando es menester? Pues estamos en la miseria, para qué nos vamos a engañar si nos miramos con ojos de nuestra situación en el mundo. La miseria ha aumentado en la UE y en España más aún. Sólo podemos presumir de democracia plena que es un sofisma porque no se pueden ejercer los derechos humanos si hay tanto paro y tanta miseria -que ya son atentados contra esos derechos- y si los médicos están manifestándose por las calles porque no pueden trabajar a gusto. La salud es lo primero, los millones de los botes que se los metan donde les quepa a sus impulsores o que los entreguen enteritos al fisco. China ha pasado casi de la medievalidad a lo que es ahora, con todos sus problemas, pero anhelada por quienes se dedican a vender y por quienes nos dedicamos a consumir sus productos.

Eso que se reza en la Salve de que estamos en un valle de lágrimas es otra negación de la persona como ser existente que debe alzarse todas las mañanas y encarar la vida con valentía y decisión. Nadie nos echó del Paraíso, simplemente hemos venido a este mundo para sufrir y para triunfar, para buscar el sentido de nuestra presencia en él, no para refugiarnos en la cama cubiertos de billetes que son simplemente papeles que ocultan una muerte en vida, ¿o es que alguien cree que los millonarios están tan tranquilos en sus camas con sus millones? Esos millones proceden de haberse esforzado e incluso de la virtud de la listeza para subirse sobre los demás, algo que nos trae tanto beneficios como dolores de cabeza al resto de los mortales. Pero la reacción contra lo anterior no es aspirar a que te caiga el dinero del cielo para poder retozar sobre un colchón mientras que animales y humanos -incluyendo a los millonarios- pugnan por su existencia. La reacción es luchar para trabajar en lo que más nos desarrolle espiritualmente y ganarnos la vida con honradez: “a mi trabajo acudo, con mi dinero pago”, escribió Antonio Machado.

Si por un casual me cayeran encima una cascada de millones -algo difícil porque nunca juego a nada, salvo a la lotería de Navidad por su significado- de ninguna manera me iba a quedar en la cama, sino que me seguiría levantando para estudiar y escribir desde bien temprano, por ejemplo, columnas como ésta, a la que someto a juicio de ustedes como cada día. No hay ni un sólo país en el mundo que haya hecho nada desde la resignación y la vagancia. A España le ha desaparecido hasta ese empuje cristiano que la llevó a conquistar el mundo. Los primeros países del mundo no son católicos, no proclaman la pereza, no promueven la indolencia. El mundo está dominado por el espíritu judío, protestante, confuciano. Nos guste o no.