Exposición sobre los inicios del turismo en Chipiona

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24 ago 2021 / 08:10 h - Actualizado: 24 ago 2021 / 12:12 h.
"Exposiciones"
  • Foto cedida por Juan Luis Naval Molero, expuesta en el Castillo
    Foto cedida por Juan Luis Naval Molero, expuesta en el Castillo

A partir del mes de julio de este año y hasta julio del próximo o mejor dicho, sine die, se celebra una exposición compuesta por 84 fotografías procedentes de la extraordinaria colección de JUAN LUIS NAVAL MOLERO, quien además la ha organizado.

Cronista Oficial de Chipiona entre otras muchas cosas, JUAN LUIS NAVAL MOLERO ha dedicado muchos años a investigar, documentar y difundir el pasado de esta villa, desvelando en sus libros y artículos gran parte de su Historia, costumbres, patrimonio, etc. encargándose en ellos de temas tan amplios que abarcan desde la más remota Antigüedad hasta nuestros días.

La muestra permanecerá abierta en una de las salas del Castillo -una edificación cuyo origen se remonta a la Edad Media y que aún sigue en pie gracias a las sucesivas restauraciones y rehabilitaciones, siendo en la actualidad sede de las Delegaciones de Cultura, Turismo y Fiestas Mayores del Excmo. Ayuntamiento de Chipiona -al frente de las cuales están respectivamente SEBASTIÁN GUZMÁN MARTÍN; ISABEL Mª FERNÁNDEZ ORIHUELA y FRANCISCO JOSÉ QUERY TÉLLEZ- quienes con sus equipos técnicos comparten también espacio e intereses culturales con la ASOCIACIÓN CAEPIONIS, que la mantiene activa todo el año gracias a todo tipo de iniciativas.

Exposición sobre los inicios del turismo en Chipiona
Foto cedida por Juan Luis Naval Molero, expuesta en el Castillo

Asociación creada en 1978 para dedicarse al estudio de la Historia, Arqueología, Geografía humana y física, patrimonio, literatura, arte, música, poesía, medicina, ciencia, modismos lingüísticos locales, nombre de las calles, etc., en la que hay que destacar todos los esfuerzos que hace por dar a conocer todo lo relativo a la localidad. En la actualidad su Junta Directiva está integrada además de por JUAN LUIS NAVAL MOLERO, por MANUEL ÁVILA, AGUSTÍN SÁNCHEZ, LUCAS DEL MORAL, Mª ROSA CADIERNO, JUAN CARLOS CLAVER, y ejerciendo de socia colaboradora, la anglo-chipionera MARÍA MOLINA.

Exposición sobre los inicios del turismo en Chipiona
Foto cedida por Juan Luis Naval Molero, expuesta en el Castillo

Para hablar de los inicios del turismo en Chipiona, hay que remontarse a los últimos tercios del S. XIX cuando los entonces duques de Montpensier –la Infanta Mª LUISA DE BORBÓN y su marido ANTONIO DE ORLEÁNS- instalaron su residencia de verano en la cercana Sanlúcar de Barrameda e igual a como pasó cuando se establecieron en Sevilla, una pequeña corte se formó en torno a ellos, ya que son bien sabidas sus intenciones de erigirse en rey de España.

En relación con otros miembros de la familia real española, sobresale la estancia que durante cinco temporadas veraniegas hizo la abuela del rey Juan Carlos I, el Emérito, bisabuela del actual.

Desde entonces, un grupo de personalidades provenientes de muchos ámbitos –entre ellos también pintores, aristócratas y altoburgueses, optaron por retirarse a un sitio más tranquilo, trasladando su residencia a esta bellísima zona del litoral andaluz.

Exposición sobre los inicios del turismo en Chipiona
Foto cedida por Juan Luis Naval Molero, expuesta en el Castillo

Además de este factor cuasi-monárquico (y aunque también se instalaron republicanos tanto de la Primera como de la Segunda República), hay que destacar la influencia que ejercieron tres de las construcciones más emblemáticas de la localidad como son el Santuario de Ntra. Sra. De REGLA (inaugurado en 1906 por el Cardenal Spínola); el Sanatorio inaugurado en 1897 por el Dr. TOLOSA LATOUR, su propulsor; y el Faro, abierto desde 1869 aunque su datación puede remontarse a la más remota antigüedad.

Atraídos por la benignidad del clima, por la devoción secular a la Virgen de REGLA y los numerosos atractivos que ejercían además de estos monumentos, su Naturaleza y su costa, comenzaron a elevar sus casas unifamiliares u hotelitos, creando una tipología que ha devenido ser característica ya que cuenta con un pequeño jardín delantero a la manera de porche que recorre toda la fachada y a veces se extiende por los laterales; un salón cubierto central hacia el que se abren las habitaciones, y otro jardín (o patio) detrás donde normalmente se reunía la familia y allegados.

Exposición sobre los inicios del turismo en Chipiona
Foto cedida por Juan Luis Naval Molero, expuesta en el Castillo

Muchos serían los nombres de estos primeros chipioneros de corazón, porque no cabe duda que todos los que han pasado por aquí, lo han hecho también por el amor incondicional que han sentido hacia esta franja de tierra situada a orillas del Atlántico.

Las “grandes” familias, porque estaban integradas por una numerosa prole y por el servicio que venía con ellos, acudían fielmente cada verano acudiendo a las diferentes playas de la localidad como pueden ser las de Camarón, Regla, las Canteras, el Muellecito,...

Toda esa época -sobre todo hasta los comienzos del XX- recrea estampas modernistas, románticas, llenas de pictorialismo, porque entre otras cosas nos recuerdan lienzos de SOROLLA o películas de BERGMAN o FELLINI.

Exposición sobre los inicios del turismo en Chipiona
Foto cedida por Juan Luis Naval Molero, expuesta en el Castillo

En ellas se percibe algo más que la evolución de la moda de los trajes de baño, las vestimentas con que las señoras solían bañarse o pasear por la arena ataviadas de sombrillas y los caballeros con sombrero o mascotas, las casetas de baño, las edificaciones que se iban alzando,... para trasmitir el perfume de una época.

Sociológicamente son testimonios de primer orden porque en esas fotografías y postales, coloreadas al agua, reveladas en blanco y negro o en sepia, se resume buena parte de lo que fuimos, de las costumbres que intercambiaban “la colonia” con los chipioneros, una relación que todavía perdura y no sólo porque aún haya descendientes de la cuarta, quinta o incluso sexta generación, sino porque todo en aquel que llega, se produce el mismo efecto de “abdución”.

La costa, los paisajes naturales, los tipos humanos, los vendedores ambulantes, las personalidades conocidas o las personas anónimas que en su día posaron ante el objetivo, hoy se nos antojan una especie de galería extraña que nos sumerge en un mundo espectral como si fuésemos nosotros los observados por esas ya fantasmagóricas figuras.

Exposición sobre los inicios del turismo en Chipiona
Foto cedida por Juan Luis Naval Molero, expuesta en el Castillo

Una exposición y sobre todo una como esta, es un espejo. Me encantaría detenerme en lo que personalmente me dicen las imágenes que veo: las dunas, los Corrales, los lugares, pero opto por que sean los que se acerquen a conocerla, los que se dejen llevar por sus propios recuerdos o imaginen a través de estas bellas, sugestivas y atrayentes visiones, esa Arcadia que se renueva cada verano, o debería.

Cada fotografía, incluye un breve y orientativo texto a sus pies redactado también por JUAN LUIS NAVAL MOLERO. De ese modo recordamos la instantánea que los inmortalizó ya para siempre ante las cámaras.

Con esta muestra, se pretende regresar a ese turismo cultural que ya existía desde estos primeros momentos de que trata la exposición, ya que Chipiona tiene muchísimas posibilidades al respecto, y por tanto debe estarse atentos a la masificación urbanística, etc.