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La vida del revés

Fernando Simón y la calculadora escacharrada

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26 may 2020 / 12:36 h - Actualizado: 26 may 2020 / 13:00 h.
"Opinión","La vida del revés","Coronavirus"
  • Fernando Simón. / EFE
    Fernando Simón. / EFE

Siento una profunda admiración por el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón. Es paciente, sabe de lo que habla y se está haciendo cargo de un problema monumental. Creo yo que todos queremos escuchar a Simón y nos importa bastante menos lo que nos dice el ministro de Sanidad o la portavoz del Gobierno.

Fernando Simón ha tenido que aguantar todo tipo de críticas y lo ha hecho con humildad; le ha pasado de todo durante esta pandemia incluyendo sufrir la Covid-19, y no se ha mostrado, en ningún momento, nervioso. Fernando Simón ha sido la imagen de este absoluto desastre. Parece ser que ahora tendrá que explicar cosas ante la Justicia sobre su trabajo desde el principio de la pandemia. Tampoco parece muy preocupado. Ha podido gustar más o menos, pero todos los españoles saben quién es y se le recordará, como poco, por ser esa persona que nos informaba de cómo iban las cosas.

No puedo hacer otra cosa que mostrar mi admiración por este hombre.

Ahora bien, lo del cálculo del número de fallecidos a causa de la Covid-19 no termino de entenderlo por más que él intente explicarlo. Ayer, de pronto, teníamos cerca de ¡¡2.000 bajas menos!! ¿Cómo es posible equivocarse al contar personas muertas? Venga, acepto que alguien puede meter la pata por cansancio, por saturación, por estar desbordado y desolado entre tanta muerte y tanto sufrimiento. Pero errar 2.000 veces resulta incomprensible. No digo con esto que haya sido el propio Simón el que ha errado en las sumas; han sido muchas personas las implicadas; pero no es de recibo este tipo de diferencias. Y más cuando todo indica que el número de fallecidos a causa de la Covid-19 podría ser muy superior a la cifra oficial. Que Fernando Simón se enrede en las revisiones de las series, en las diferencias entre fecha de fallecimiento y fecha de comunicación o cualquier otro tipo de zarandaja, me supone cierta desazón.

En cada familia española en la que falta uno de sus componentes a causa de esta pandemia, el dolor por la pérdida es brutal, inmenso. Y cada muerto suma uno. Ni más ni menos. Un muerto. Una ausencia. Un dolor insoportable. Una tristeza demoledora. Nada de series, de fechas de no sé qué, de datos incorrectos. Una muerte es muy fácil de sumar. Tremendamente difícil de contar, pero muy fácil de sumar.

Señor Simón, quiero seguir pensando que es usted un buen tipo. Honrado, honesto, decente. Si no cree en el marrón que le entregan no se lo coma y que cada palo aguante su vela.