La Gazapera

Flamencos acomodados

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
13 mar 2020 / 01:11 h - Actualizado: 13 mar 2020 / 01:16 h.
"La Gazapera"
  • Flamencos acomodados

Con esto de la elección del director o la directora del Ballet Flamenco de Andalucía ha quedado claro, una vez más, que los flamencos en general son unos acomodados con poco espíritu de lucha. En general, se mueven a su bola y no forman un colectivo fuerte, aunque podrían. No es justo generalizar, pero les pierden los contratos y si son de la Administración, mejor que mejor. Recuerdo la época del agente artístico Jesús Antonio Pulpón, que era el amo del flamenco y pocos se enfrentaron a él porque el que lo hacía se podía despedir de los festivales.

Algunos artistas me llamaban para que denunciara malos modos de este señor o algún caso concreto de injusticia y cuando les decía que los entrevistaba para que denunciaran ellos mismos, me pedían que lo dejara. Era yo el que me la tenía que jugar y, por tanto, cerrarme puertas. Pulpón nunca me dio nada, ni jamás le pedí nada. Ni siquiera cuando no podía comer todos los días.

Con lo del BAF (Ballet Flamenco de Andalucía) ha pasado un poco lo mismo. Al final ninguno de los artistas que optaban al cargo y que hablaron de irregularidades o chanchullos va a ir contra la Junta de Andalucía porque ahí está el pan. Ni siquiera Ricardo Pachón, exdirector ya del Instituto Andaluz del Flamenco, quien seguramente habrá llegado a un acuerdo amistoso con la Consejería de Cultura de la Junta, o sea, con la consejera Patricia del Pozo, para no cerrarse del todo esa puerta. Porque Ricardo sabe muchas cosas y podría decir cuáles han sido esas “irregularidades” o “trampas” en el proceso, de las que alguna vez habló en privado. O cómo se “vulneró la ley”.

Al final nadie va a denunciar nada, a pesar de que algunos artistas, de los que optaron al cargo, tienen las famosas actas “falsificadas”. Antonio Canales ha publicado un comunicado diciendo que no hará declaraciones al respecto, asesorado por sus abogados. Es respetable, pero él mismo me dijo que en las actas había “tela marinera”. Al final ha optado por seguir con su trabajo y no denunciar a la Junta, algo respetable. Cada cual mira por lo suyo. Siempre ha sido así en el flamenco, desde los tiempos de Silverio.

El que se mueve, no sale en la foto.