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Fusiones, imprescindibles e imparables

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11 sep 2020 / 14:54 h - Actualizado: 11 sep 2020 / 14:55 h.
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Cualquier país desarrollado o que pretenda serlo, necesita inevitablemente, un sistema financiero sólido y expansivo, que permita colaborar con el resto de agentes económicos de forma conjunta y sistemática en la economía general. Hace muchos años, el profesor y presidente del Banco de Bilbao, José Angel Sánchez Asiain, tuvo claro que una de las variables vitales de una entidad financiera era su dimensión, su fortaleza. Por tanto, en su momento ya predijo que el tamaño en este sector, sería un factor de diferenciación muy importante.

El fue precursor de las fusiones, comenzando con la célebre de Banco de Bilbao y el de Vizcaya a raíz de la cual nació el BBV para posteriormente, con la incorporación de Argentaria resultara el todavía hoy BBVA. Pero hay otros aspectos vitales a tener muy en cuenta en el sistema financiero: El cliente como protagonista, la rentabilidad y la calidad de la inversión, además de otros no menos importantes y que también hay que tener en cuenta, ,como son los Reguladores, las políticas dictadas desde Europa y la banca online.

De todos estos aspectos que comentamos, cuáles podemos encontrar reflejados en nuestro momento económico actual. Si los repasamos, podemos ver que el cliente ha perdido todo su protagonismo, y ha pasado a ser un mal peón del sistema. La rentabilidad ha caído de una manera alarmante, con unos tipos de interés muy bajos y con unos márgenes difíciles de gestionar, además de con una calidad de inversión muy dudosa que deriva en unas tasas de morosidad inadmisibles. Todo esto además sufriendo todavía las consecuencias de la última crisis inmobiliaria, con unos organismos reguladores cada vez más exigentes y con otras alternativas como la banca online, implantándose aceleradamente con motivo del covid 19. Además, para colmo como una obligación de los banqueros, hay que buscar una estructura actual, digitalizada, eficiente y rentable.

Con todas estas circunstancias en juego, parece que la única variable donde se puede actuar es la dimensión, para lo cual es necesario entrar en la dinámica de las fusiones, cuyo resultado final sea la definición de un proceso de concentración, en el cual tres o cuatro entidades sólidas y fuertes puedan participar en la demanda y crecimiento de las economías particulares, financiar a las micros, pequeñas, medianas y grandes empresas y por supuesto al sector público. Es posible que en este contexto quede algún verso suelto, como alguna caja rural pequeña, que sea consciente de cuál es su papel y protagonismo,

Conocemos las consecuencias de las fusiones: ajustes de plantillas, despidos, jubilaciones anticipadas, cierre de oficinas, jibarizacion de los servicios centrales ... además de camuflar algunas debilidades de esas entidades. Pero sinceramente creo que son muchas más las bondades, resultados y consecuencias: la implementación de un auténtico sistema financiero solido, fuerte y potente, acorde con las necesidades de este país y que pueda cumplir rigurosamente el papel que está obligado a desempeñar. Por tanto, las fusiones en este escenario no sólo son necesarias, sino imprescindibles e imparables.