Gente mala: la maldad

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19 sep 2018 / 20:51 h - Actualizado: 19 sep 2018 / 20:53 h.

Todos estamos convencidos de que hay gente mala, porque a lo largo de nuestra vida seguro que nos hemos encontrado a algunas de ellas, esa gente que sin estar implicados, o que les venga o no a cuento, intervienen en la vida de otros haciéndole daño hasta el nivel de maldad que cada uno puede llegar. Para los filósofos la dignidad humana es la base de todos los derechos humanos además de ser el principio ético desde el que se debe juzgar todo tipo de maldad, como quedó explicitado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 donde se consideró “que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana; considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad” recuerden el periodo nazi y el comunismo. Todos los seres humanos tenemos la misma dignidad se trata de la intangibilidad o inviolabilidad de la dignidad humana tal como se recoge en la constitución alemana y es asumido por todos los países democráticos europeos. Parece que el mal, en sí mismo, es nulo, es nada, es el silencio que envuelve al sonido. El mal no se basa nunca en la existencia de algo que se pueda decir que es malo, sino que solo es la inexistencia de algo. Como decía Zubiri, el metafísico español más relevante en español, la maldad no es que yo quiera instaurar el poder del mal, sino tener el poder del mal como inspiración. La maldad es la corrupción del corazón humano, de acuerdo a Kant, que invierte el orden moral atendiendo al libre albedrio y a una intención mora que se considera mala. La propensión al mal es física y está entretejida en la naturaleza humana y solo está ligada a la facultad moral del libre albedrio.