Los medios y los días

Griñán se bautiza, comulga y se confirma

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21 sep 2022 / 06:06 h - Actualizado: 21 sep 2022 / 06:06 h.
"Los medios y los días"
  • Griñán se bautiza, comulga y se confirma

Ni sé cuándo se decide el indulto al expresidente José Antonio Griñán ni me interesa, si se lo conceden, mejor para él. Si no, es el precio amargo del poder y la voluntad de casi todos los jueces que lo han decidido. Además, tal vez sea el entierro político de Pedro Sánchez aunque esto último hay que decirlo con mucha cautela porque está repartiendo pasta entre amplísimos colectivos sociales y a la hora de votar los agraciados pensarán que más vale euro en mano que Feijóo volando. Eso es cuestión de echar cuentas analizando el censo electoral y la condición de los distintos segmentos sociales.

Yo ya he visto bastante en mis años de vida. He visto cómo Griñán está siendo apoyado por numerosas personalidades de su partido, por algunos jueces... Me acuerdo de Pedro Pacheco, exalcalde de Jerez, el que no paró hasta derribar el chalé de Bertín Osborne. Se quedó sin partido y sin padrinos y se ha tragado años de cárcel mientras otros ilustres condenados se las aviaban para salir más o menos libres, con todas esas modalidades que existen.

No se puede ir por la vida sin estar en ninguna tribu o agarrarse a alguna cuerda. El robagallinas no tiene quién lo indulte mientras que a Griñán le sobran pretendientes. Tiene padrinos para bautizarse, hacer la primera comunión y luego confirmarse. Yo no sé si este hombre es culpable o inocente, sólo sé que como era la cabeza más visible del gobierno andaluz le ha tocado pagar siquiera sea por lo que llaman responsable civil subsidiario que esta vez fue además responsable penal. La cabeza de Griñán llegó después de la de Cháves que además de haber sido cabeza gubernamental goza de una buena cabeza física acompañada por un rostro concreto. Como dijo el inolvidable periodista Pepe Guzmán, inventor de la media columna, la cara del señor Cháves se parece al escudo del Barcelona.

Hace años les decía a mis alumnos en clase que si querían tener trabajo debían apuntarse en el PP, en el PSOE o en el Opus y, además, ser dóciles. Entonces estábamos en el bipartidismo y no habían aparecido otras cuerdas. Poco a poco, van quedando de nuevo esas tres, a Vox le resta algo más de vida pero la izquierda a la izquierda del PSOE está ya con sus ERE desde hace algún tiempo, así que mejor arrimarse a las empresas clásicas que para eso se inventó la democracia con ese planteamiento bipolar. Lo del Opus es otra cosa porque es ambivalente.

Cuando empezó la democracia se fueron creando las cuerdas, antes sólo había una. El personal demócrata se fue situando, Sevilla, por ejemplo, con eso de ser la capital de Andalucía -con el permiso de Málaga que es en realidad la capital verdadera como todo el mundo sabe- se llenó de personal agarrándose sobre todo a la cuerda socialdemócrata. Muchos de mis excamaradas del PCE decidieron arrimarse al sol que iba a calentar más y así fue en efecto. Yo pude hacerlo, a finales de los setenta, pero como soy un idealista gilipollas preferí quedarme en tierra de nadie. Entre Prisa y el PSOE crearon novelistas, pintores, poetas, periodistas... Hay que ver la de nombres que leo en los medios que siempre están en el candelero por su listeza, por haber cogido la cuerda en su momento. Están en todos lados, si los quitan de aquí, aparecen por allá, eso se debe a las cuerdas y a miles de relaciones públicas al mes.

Y ahí tienen a Griñán, agarradito a su cuerda, con la esperanza de que no lo enchironen. Confieso que su cara tremendamente triste me ha compungido a veces, estoy seguro, y lo digo muy en serio, de que lo debe estar pasando muy mal, la Junta de Andalucía debe haber llegado a convertirse, tras casi cuarenta años en manos de un mismo partido, en algo ingobernable por dentro. Pero alguien tiene que pagar los platos rotos. Queda el indulto, queda que el emperador levante su dedo y deje en pelotas a la Justicia. Tal vez se podría disimular un poco, Griñán entra en la cárcel un añito y luego a la calle por lo que sea. La gente tiene poca memoria y en un año pasan ahora tantas cosas que ya ni nos acordamos de Griñán porque otros griñanes nos lo habrán colocado en tercer plano, por lo menos.