Que el gobierno, con el PSOE a la cabeza, tenga en mente indultar a José Antonio Griñán es un escándalo como la copa de un pino.
No entiendo cómo los medios de comunicación no abren todos los días con noticias sobre esto.
Imagino que muchos recordarán el famoso mensaje de Mariano Rajoy a Luis Bárcenas en el que le ponía: “Luis, sé fuerte”. Ese mensaje abrió telediarios y programas periodístico durante semanas. Es más, años después de conocerse el famoso mensaje, algunos medios continuaban denunciando lo que también fue un caso de corrupción con mayúsculas.
¿Qué pasaría en España si Griñán fuese del PP y Feijóo el que lo indultase? Lo primero que veríamos es movilizarse a cierta prensa que todos conocemos. Los sindicatos censurarían este indulto mientras se suman a la movilización convocada por PSOE y Podemos y que culminaría en las puertas de la sede del Partido Popular, en Génova 13. La protesta pacífica desembocaría en una noche de cristales rotos, donde veríamos arder contenedores y volar piedras a la fachada del edificio. La Policía actuaría para reprimir estos comportamientos y los mismos periodistas y articulistas tendrían una semana para hablar de la represión de los agentes que pararon las revueltas. Por supuesto, la culpa de todo sería del ministro del Interior, cargo que ocuparía alguien del PP.
El indulto a Griñán, de producirse, enviaría a buena parte de la sociedad el mensaje de que se haga lo que se haga, mientras se tenga según qué carné de qué partido, no pasa nada.
La justicia sufre también un varapalo tremendo. ¿Para qué se van a exponer los jueces en un futuro si luego el Gobierno va a revertir la situación si no les gusta el resultado?
Finalmente habrá indulto y le meterán otro gol por la escuadra a la democracia y al estado de derecho. Para colgarse de un ficus.
