La vida del revés

Guerra en Ucrania: La actitud macarra de Putin y la respuesta de Occidente

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03 mar 2022 / 08:49 h - Actualizado: 03 mar 2022 / 09:00 h.
"Opinión","La vida del revés","Guerra en Ucrania","Vladimir Putin"
  • Fotografía: EFE
    Fotografía: EFE

Ha pasado una semana desde que el primer misil ruso impactó en algún objetivo ucraniano. Ya son un millón de personas las que han abandonado su país para poder salvar la vida. En su inmensa mayoría, se trata de mujeres y niños (mujeres mayores y niños pequeños puesto que los jóvenes no dudan en alistarse y las mujeres que tienen posibilidad también). Los hombres se quedan a defender su tierra, su historia y lo que son. El ejemplo de patriotismo, de valentía y de arrojo que está dando el pueblo ucraniano está siendo aplastante. Que Putin tome nota porque un pueblo decidido a resistir es mal enemigo y nunca se acaba con la resistencia o con el tesón o con el amor a la patria y a los compatriotas.

Mientras el avance ruso desde el sur está siendo imparable (ha caído Jàrkov), en el resto del mundo miramos estupefactos lo que sucede. Ante la actitud desafiante, casi macarra, de Putin, lo único que podemos hacer es estrangular la economía rusa para evitar una financiación cómoda de una guerra que costará una cifra astronómica. No podemos hacer otra cosa aunque el corazón nos pida agarrar un petate y acudir en ayuda de los buenos; quisiéramos poder ser la caballería, pero nos faltan los caballos. Y no podemos hacer mucho más. Los macarras responden siempre de mala manera y si a Putin le plantamos cara es posible que nos encontremos con un conflicto nuclear a los diez minutos, algo que no se puede permitir la Humanidad. Creo yo que la única posibilidad con la que contamos, hoy, es con que la guerra entre Rusia y Ucrania se convierta en una guerra entre Rusia y Putin. Los rusos lo van a pasar mal económicamente y eso será difícil de soportar y destrozará el prestigio del presidente ruso.

Impotencia, frustración, una rabia enorme y ganas, muchas ganas de ayudar, es lo que sienten millones de personas en todo el planeta. No podemos hacerlo en el campo de batalla de forma activa aunque podemos entregar fondos, ropa, alimentos o cualquier cosa que pueda servir para paliar el sufrimiento del pueblo ucraniano. Seamos generosos y no pensemos en lo que se perderá por el camino. Lo que cuenta es lo que llega.

¿Si no podemos reaccionar ahora podremos hacerlo más adelante? ¿Tendremos que aguantar las amenazas y las agresiones de un loco peligroso por siempre jamás para no sufrir males mayores? ¿Debemos envolvernos con la bandera del valor y terminar con esto? ¿Sería mejor que el presidente ucraniano cediese y acabase con esto? ¿Es bueno azuzar la resistencia del pueblo ucraniano sabiendo que los van a destrozar?

Si no es ahora será más tarde. Todos sabemos que hoy es Ucrania y llegará el día que le toque a Letonia a Finlandia o a Bulgaria. Este es el mundo que tenemos. Y en ello debemos pensar y centrar nuestros esfuerzos para evitarlo.