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Guerra judicial a las plataformas digitales

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30 ene 2023 / 04:00 h - Actualizado: 30 ene 2023 / 04:00 h.
"Facebook","Suicidios","Instagram","Amazon","Salud mental","TikTok"
  • Guerra judicial a las plataformas digitales

Un bufete norteamericano, representando a cien escuelas y casi cien mil alumnos de Seattle y del condado de Kent (Washington), han iniciado una batalla ante los tribunales federales contra las redes y plataformas más conocidas: Facebook, You Tube, Instagram, TikTok etc. Nuestras compañeras inseparables desde hace diez años. De quien las tenga como amigas, claro. La base es haber arruinado la salud mental de los jóvenes estudiantes. Padres y educadores se preguntarán ahora, que hacían mientras sus hijos pasaban horas con el móvil.

No será la primera vez que uno de estos litigios masivos prospera, las tabaqueras, las nucleares, las empresas químicas, saben de estos pleitos que enfrentan a los David contra los Goliat, que terminan en condenas o en acuerdos arbitrales donde se ventilan enormes sumas de dinero. Estos mismos abogados ya consiguieron que Facebook pagase mas de 700 millones en el asunto Cambridge Analytica, vinculado a Donald Trump, y le zurraron otra a Amazon por obtener datos biométricos de personas localizadas en internet.

El argumento al parecer no es el uso en sí, voluntario en mayores de edad y consentido en caso de menores. Los abogados señalan, que los algoritmos de estas compañías “recomiendan contenido dañino a los niños y están diseñados para engancharlos”. Los jóvenes tienen -neurológicamente- dificultades para ejercer el autocontrol y posponer la gratificación inmediata y estos algoritmos, aprovechan vulnerabilidades cerebrales (en la corteza frontal inmadura de los jóvenes) concediendo recompensas inmediatas, (obtener likes); retrasando la carga de imágenes, (para aumentar ansiedad); y así un rosario interminable de trucos para volverles locos a base de dopamina y secuestrarles frente a la pantalla, para que la publicidad insertada sea más efectiva.

No será fácil articular la prueba de que estos gigantes son los responsables del estado emocional de los adolescentes, de su ansiedad, de sus desvaríos o de sus suicidios. Sin embargo, los americanos se pintan solos para subir a un estrado a un joven lacrimógeno, hijo de un granjero de Connecticut, que convence a un auditorio explicando como su vida se vino abajo a causa del maldito teléfono. Lo estoy viendo con la sudadera y la gorra y todo el jurado asintiendo con la cabeza, mientras se secan las lágrimas con el pañuelo de papel.

En América puedes hacer lo que te salga de las narices, sin que te lo impidan, pero como dañes a la comunidad, lo pagas. La base legal se remonta al derecho anglosajón de la Edad Media que genéricamente exigía responsabilidad a aquel que moleste, dañe o ponga en peligro la seguridad, la salud, el bienestar o la tranquilidad de un número considerable de personas. En nuestro derecho codificado y de raíz romana, que exige conceptos jurídicos más concisos, propios de nuestra mentalidad latina más individualista, sería una base muy genérica para sustentar una acción judicial, pero es la misma base que sirvió -y sirve- para promover acuerdos exitosos frente a la industria de armamento, a petroleras por el cambio climático, a laboratorios farmacéuticos etc.

Cuidamos a nuestros jóvenes y no permitimos que conduzcan, beban, fumen, voten, o firmen documentos, hasta una determinada edad, pero en cambio, la ley permite que tengan un dispositivo donde no existen cortapisas y todo, literalmente todo, esta a su alcance. El resultado, no puede ser bueno.

Manuel Alonso Escacena es abogado.