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La Gazapera

¿Habrá este año festivales de verano?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
24 ene 2021 / 10:55 h - Actualizado: 24 ene 2021 / 10:58 h.
"La Gazapera"
  • ¿Habrá este año festivales de verano?

Nos consta que hay pueblos sevillanos que ya se están moviendo con la posibilidad de que en verano puedan celebrar sus festivales. Los mismos que el pasado verano, tuvieron que suspender con el consiguiente perjuicio para un sector muy dañado que no podría permitirse otro año más sin festivales. Si un cantaor hace diez festivales en verano, puede permitirse vivir todo el año. Si no hace ninguno y los tablaos siguen cerrados, el asunto es bastante grave. El pasado domingo hubo una tertulia en Torres Macarena sobre este asunto y el debate estuvo bastante caliente. Salió a relucir el hecho de que haya intérpretes buscándose la vida con el flamenco, que no son autónomos y que por tanto no están cotizando. Jóvenes sobre todo que cantan en peñas y festivales menores. Algunos están probando en otras profesiones, como en la venta ambulante o la construcción, pero muchos resisten como pueden, viviendo de sus familias a la espera de que vuelvan a celebrarse los festivales de verano, que abran los tablaos y las peñas.

Algunos se han lanzado a la aventura de los cursos online, con los que se ganan unos euros al mes, pero hay ya muchos dando cursos, tantos, que se estorban entre ellos. Preguntaba el domingo una aficionada en la tertulia que si la pandemia traería algo bueno, nuevo, una vez que acabara, y hay quienes piensan que sí, que después de esto vendrá otra nueva Ópera flamenca. Cando la gripe española, hace un siglo, el flamenco atravesó por grandes problemas, pero cuando acabó, enseguida vino la Ópera flamenca, el invento comercial de los representantes Monserrat y Vedrines. Inauguraron una nueva etapa para el cante, el baile y el toque, que comenzó a mediados de los años veinte en Linares. Eran grandes espectáculos, con buenas producciones, que llenaban teatros y plazas de toros, y que enriquecieron a los promotores y a algunos artistas como Manuel Vallejo, el Niño de Marchena, la Niña de los Peines, Pepe Pinto o Valderrama. Cada uno de estos artistas creó su propia compañía con la que recorrían el país.

Pero llegó la maldita Guerra Civil de 1936, y todo se fue al garete. De nuevo, los flamencos con serios problemas para poder llevar el pan sus casas. Acabada la contienda civil, con todo destrozado, los artistas antes citados volvieron a crear sus compañías y todo fue bien durante una década, hasta que la Ópera Flamenca empezó a debilitarse y enseguida vino otra etapa distinta, la de los festivales de los pueblos, el nacimiento de los concursos nacionales y las peñas flamencas. Una etapa en la que, por cierto, se comenzó a valorar de nuevo el flamenco más tradicional, el clasicismo, y surgieron figuras nuevas como Antonio Mairena, Fosforito, la Paquera, María Vargas, Lebrijano, Morente o Camarón. Desde los sesenta a los ochenta, el flamenco experimentó un auge importante no solo para los grandes nombres, sino para un tipo de intérprete que no encontró sitio en la época anterior.

¿Es el fin del flamenco? Ni mucho menos. La pandemia acabará y nuestro arte volverá a florecer, porque la tierra tiene abono suficiente. Podrá cambiar de nuevo, como pasó con la llegada de la Ópera Flamenca, y seguramente puede ser un buen cambio. Ojalá haya festivales este verano. Primero, salir del fango, y luego que venga lo que tenga que venir.