La vida del revés

¿Habrá que vacunar a los niños de 5 a 11 años?

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08 sep 2021 / 11:02 h - Actualizado: 08 sep 2021 / 11:12 h.
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  • Fotografía: EFE
    Fotografía: EFE

¿Ha dado usted de comer, hoy, a su pequeño jamón de york? Pues debe saber que le ha proporcionado lo siguiente: Jamón de cerdo (81 por ciento), agua, sal, estabilizantes (E-451, E-452, E-407, E-412), azúcar, aroma, antioxidante (E-316), conservador (E-250); con recubrimiento decorativo que contiene: Agua, gelatina de cerdo, azúcar, colorante (E-150d).

¿Cómo se queda? Pues es solo un ejemplo. No mire el resto de lo que le ha dado si no quiere entrar en pánico.

Salimos a la calle y compramos. Nos comemos lo que nos ofrecen sin mirar etiquetas. Y no nos pasa nada (al menos lo creemos). ¿Por qué hacemos algo así sin saber si lo que comemos o bebemos es bueno para la salud? Pues porque nos fiamos de las autoridades sanitarias, de las oficinas encargadas del control alimentario. No nos cabe en la cabeza que en un establecimiento nos coloquen veneno puro sin control alguno. Desde el desastre que generó el tristemente aceite de colza (o lo que fuera) todo está controlado y todos nos fiamos. Pueden pasar cosas aunque se trata de problemas aislados.

Por todo esto, es curioso que ahora nos dé por no confiar en la ciencia. Llevamos vacunando masivamente a nuestros hijos desde hace decenios y, de pronto, nos da el parraque pensando que tenemos que vacunarlos contra la Covid-19. El daño que están provocando los movimientos negacionistas y antivacunas es enorme. El desastre que supone vivir entre bulos es brutal. Aunque las vacunas, afortunadamente, están salvando vidas, miles de ellas; y eso es indiscutible.

A falta de que lleguen los informes de Moderna y Pfizer sobre la vacunación de 4.000 niños de entre 5 y 11 años, a falta de la aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento, existen razones para pensar que la vacunación de los niños será buena y efectiva.

La primera razón es que los científicos no son una banda de locos o catetos que se dedican a decir sandeces. Tal vez esa descripción corresponda a otro grupo de personas que hacen justo lo contrario que los científicos. La ciencia es la que evita que la pandemia sea mucho peor de lo que ya está siendo. Y, desde luego, no quieren acabar con los niños del mundo. Si nos fiamos de ellos para comer jamón de york o con las vacunas contra la polio...

Otra razón es que los niños son transmisores de la enfermedad a personas vulnerables. Los abuelos, por ejemplo. Acabar con las cadenas de transmisión es esencial. Hay que esperar la llegada de las vacunas esterilizantes, pero lo que tenemos es lo que tenemos, y ayudaría mucho vacunar al máximo número de personas sea cual sea su edad. Por tanto, otra razón que invita a la vacunación de los más pequeños es poder llegar al 90 por ciento que nos llevaría a la protección general.

Con las vacunas se consigue que el virus pueda encontrar menos alternativas para su expansión. Las variantes que tanto han dado que hablar se verían reducidas de forma total. Esta es otro motivo por el que debemos vacunar a todos los niños de 5 a 11 años.

Por último, hay que recordar que los niños suelen pasar la enfermedad sin grandes problemas. Pero algunos lo pasan mal y arrastrarán secuelas durante años. Con las vacunas sabemos que la enfermedad se convierte en algo mucho más llevadero y que impiden, en un altísimo porcentaje, que la enfermedad sea grave.

Si las autoridades sanitarias dan su aprobación, los padres tendremos que elegir libremente si vacunan o no a los niños. Ojalá lo hagamos en bloque.