Hay que mimar a los ciudadanos

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
29 mar 2020 / 10:00 h - Actualizado: 29 mar 2020 / 10:03 h.
"La Tostá"
  • La Sexta Noche. / La Sexta
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Tal y como está el país con lo de la pandemia del coronavirus, quizá habría que plantearse evitarle ciertas cosas a los ciudadanos, que están viviendo sin ninguna duda la peor pesadilla de sus vidas y que no ven nada claro el futuro de ellos mismos y, sobre todo, el de sus hijos. Evitarles, por ejemplo, las tertulias de televisión, programas de debates como La Sexta Noche, donde cada sábado asistimos al bochornoso espectáculo periodístico de ver cómo analistas políticos se enfrentan, con malos modos a veces, defendiendo cada uno al partido que lo ha colocado en ese programa y criticando a los que han colocado a los demás tertulianos. A lo mejor hay lectores que desconocen este hecho, que muchos de esos periodistas o politólogos son impuestos por los distintos partidos políticos. Cobrando, claro, así que además de defender cada cual a su partido, resguarda la pasta que gana.

Lo confesó un día Antonio Miguel Carmona, del Partido Socialista y profesor de Economía, diciendo que iba a La Sexta a contar lo que les habían dicho Chaves y Griñán que tenía que decir sobre los ERE. Da verdadera vergüenza ajena ver cada sábado cómo van a veces a defender lo indefendible, como está ocurriendo estas semanas con lo de la pandemia y los responsables de una gestión que no parece ser brillante, sino todo lo contrario. Los de pelaje socialista se afanan en culpar de todo al PP y sus célebres recortes en Sanidad, y los de bandera pepera presentan a Sánchez poco menos que como un genocida. Esto ocurre ahora, pero ya pasó cuando lo del Évola, por no hablar del desastre del Prestige o el atentado del 11-M.

El periodismo, o determinados esbirros del periodismo, al servicio de los partidos y sus podredumbres. ¿Y qué pasa con el ciudadano, que tiene derecho a una información veraz y una opinión objetiva? En momentos como el que atravesamos, de una tremenda gravedad, es cuando hay que mimar a los ciudadanos, al contribuyente que vota y sostiene al país, y no hay derecho a que los envenenen cada día desde los medios de comunicación de masas con sectarismos y manipulaciones escandalosas. Sin objetividad e independencia, el periodista es solo un señor que escribe al dictado del que le paga.