Los medios y los días

Hombre-mujer, separados, paso a paso

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07 dic 2021 / 04:23 h - Actualizado: 06 dic 2021 / 10:33 h.
"Los medios y los días"
  • Equipo de ‘Juntos paso a paso’.
    Equipo de ‘Juntos paso a paso’.

El programa de Radio Nacional de España (RNE) Juntos paso a paso, se ha ido convirtiendo progresivamente en una escuela de adoctrinamiento feminista con este gobierno “progresista”. El espacio está dedicado a las personas mayores y muy mayores y, como su título indica, se supone que su finalidad es mantener juntas a esas personas ya en el tramo final de sus vidas. Pues no, ahora existe la tercera edad de género, la vejez de género. Detrás del programa del pasado domingo, con una “profesora” feminista adoctrinando, late algo serio: el desprecio por el varón y la exaltación intencionada de la mujer mediante su representación como una víctima de la sociedad inventada por el hombre y la conversión de la mujer en una damisela desgraciada, protagonista de un culebrón que la coloca como a una marioneta que nunca ha podido decidir nada por sí misma debido a la presión de una sociedad machista. Y ahora vienen ellas, las feministas, a colocar las cosas en su sitio, sirviéndose incluso de la antropología -dicen- o, mejor dicho, de una parte de la antropología, la que más les interese. Eso es adoctrinar. Adoctrinar es lanzar un discurso único y unívoco, simple, para cortar de raíz la capacidad crítica de un cerebro.

En el programa de marras, se sostuvo, por ejemplo, que no se ponen en duda las grandes aportaciones de los hombres pero se daba a entender que sin unas mujeres cuidadoras y sufridas detrás, ¿hubieran existido esas aportaciones? Lo que desean las profesoras manipuladoras es que las mujeres de la tercera edad piensen que no, que ya es hora de que espabilen y esa señora que se ha pasado años cuidando a su marido hasta que se murió de cáncer -según narraron- sea ella misma ya que antes no lo era, una sociedad tradicionalmente machista la había obligado a cuidar y entregarse a los demás. No hay equilibrio en la explicación, no hay hombres que hayan cuidado a sus mujeres, no hay grandes cerebros masculinos que hayan tirado para delante con sus genialidades con poca o nula ayuda femenina, no, eso no ha existido porque los hombres no somos nada sin mujeres que nos apapachen, a las que les robamos su personalidad para que nos sirvan.

Hasta la propia naturaleza parece ser machista porque permite que la media de edad de los hombres sea de 81 años y la de la mujer de 86. ¿Qué pasa entonces? Porque a este aparente privilegio de vivir más el feminismo de culebrón debe buscarle un victimismo también. Ocurre que la pobre mujer, con todo lo que ha sufrido en la vida, encima se queda viuda, sola contra su voluntad, soledad no escogida, y además es más pobre, se le acorta la pensión. Joder, ¡pero el varón se ha muerto! Seguro que se ha muerto el tío para llevar a cabo su última conducta de machista maltratador. Me recuerda el asunto a la filosofía de Epicuro cuando decía aquello de la muerte no es terrible para el que muere sino para los que sobreviven. Pero Epicuro tenía bastante más cerebro que estas profesoras feministas subvencionadas por el Estado para sembrar diferencias y estimular disputas, el filósofo griego no estaba desarrollando filosofía de género porque, claro, sería un machista cabrón que sólo pensaba en los hombres mientras las mujeres lo cuidaban. Al cínico Diógenes eso se la repampinflaba porque vivía en un tonel. No se descarta, sin embargo, que el tonel se lo hubieran instalado mujeres y se lo asearan una vez por semana, al menos.

Vamos a ver, para defender a la mujer no hace falta ignorar ni degradar a los hombres ni lanzar mensajes subliminales por los que dos seres que a lo mejor llevan cincuenta años unidos y están llegando al final de sus días se pongan ahora a discutir. La antropología y la evolución del homo aborda muchos más aspectos que esa intencionalidad de adular al cliente, la mujer, para poder seguir viviendo de la subvención oficial que se invierte en ayudas para que, supuestamente, la mujer recupere lo que el patriarcado opresor le ha robado. Lo único que hay que hacer es estimular que las cosas no son tan simples y educar para unir, no para separar. Todos, hombres y mujeres, sobrevivimos como podemos; de acuerdo, siempre hay que aprender, siempre debemos los hombres aprender de nuestros errores, sobre todo los hombres en relación con el trato a la mujer. Pero, por favor, ya tuvimos bastante adoctrinamiento con el nacionalcatolicismo y ya lo seguimos teniendo con la ideología del mercado, no añadamos la de género, déjennos vivir como seres humanos, estudiando conjuntamente ambos sexos en qué hemos fallado y qué hemos de enmendar.