La Gazapera

Honores a Paco del Gastor en Paradas

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
01 abr 2022 / 07:49 h - Actualizado: 01 abr 2022 / 07:51 h.
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A media mañana de hoy se va a presentar en el Instituto Andaluz del Flamenco, la XXXI Semana Flamenca de Paradas, que rendirá honores al veterano guitarrista moronero Paco del Gastor. Este reconocimiento sí tiene sentido y es de justicia, al contrario del que en esta misma semana flamenca le dedicaron en 2020 al cantaor chiclanero Antonio Reyes, aún joven para este tipo de homenajes. Porque lo que no parece lógico es que se le rinda el homenaje al maestro de Morón de la Frontera después que a Reyes, pero así va a ser.

Lo importante es que esta localidad sevillana, de gran afición al cante, cuna de un histórico de la guitarra como Antonio Cansino Avecilla, abuelo de la actriz Rita Hayworth, y del cantaor José Lavado Blanca, además de pueblo adoptivo del cantaor morisco Miguel Vargas, se decantara en esta ocasión por un artista de la talla y los años de Paco del Gastor, sobrino del gran Diego del Gastor, el guitarrista más personal de la historia. Paco es de su escuela, al igual que su hermano Juan y su primo Dieguito de Morón, el hijo de Joselero.

Nacer en esa familia de guitarristas, cantaores y bailaores, y en el pueblo de Morón, le marcaron muy pronto. Paco se hizo artista en las fiestas, al igual que casi todos los artistas de ese pueblo tan flamenco. Tuvo la oportunidad de acompañar a grandes cantaores como Antonio Mairena, Juan Talega y Perrate de Utrera, y a cantaoras como Fernanda y Bernarda, cuando era prácticamente un chaval. Compañero de fatigas de un genio como Bambino, en los comienzos del gran artista de Utrera, su carrera es de las más meritorias del último medio siglo.

Quizá fuera su etapa con El Cabrero la más activa de todas, y la más rentable económicamente, puesto que lo fichó uno de los cantaores más contratados de los ochenta y los noventa en los festivales de verano. Fue quien le metió al cantaor de Aznalcóllar la jondura en los huesos, logrando que cantara con una enorme profundidad palos como las seguiriyas y las soleares. Incluso la bulería, aunque menos. Era un lujo escuchar a José Domínguez con un maestro del toque que jamás renunció a la escuela gastoreña.

Un artista flamenco no se retira nunca, como no lo hace un torero, pero el maestro Paco del Gastor se quitó de la batalla de los festivales y se dedicó a la docencia de la guitarra en su pueblo. Ahora disfruta de su hermosa familia, sobre todo de sus nietos guitarristas y sus tres hijas, que son adorables y muy flamencas, como no podía ser menos. Así que este reconocimiento le llega en un buen momento para disfrutarlo, y además cerca de casa, en Paradas. En una semana flamenca que se celebrará del 24 al 30 de este mismo mes.