La vida del revés

Huevos fritos envasados, mandarinas peladitas y el fin del mundo que viene

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02 dic 2022 / 18:07 h - Actualizado: 02 dic 2022 / 18:18 h.
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Cada día que pasa tengo más claro que el ser humano merece la extinción fulminante que llegará (porque llegará más pronto que tarde). Y, además, me deja perplejo cómo lo hemos asumido de bien. Lo de desaparecer de la faz de la Tierra, digo. Ni nos inmutamos al destrozar el planeta o al demostrar un grado de estupidez que desborda cualquier análisis o cualquier predicción realizada diez minutos antes y que nos coloca en un puesto de privilegio entre los que si hubieran sido más simples serían botijos.

Podría parecer que vender huevos es inofensivo y no influye en el deterioro del planeta. Podría parecer que vender mandarinas es algo normal que se lleva haciendo siglos y no ha causado problema alguno. Pero si los huevos ya los venden fritos la cosa cambia. Si las mandarinas las venden peladas el problema es evidente. Si la presentación de huevos y mandarinas consiste en una bandeja de plástico en la que descansan los huevos a la plancha o la mandarina colocada gajo a gajo en un orden maravilloso y que están envueltas en más plástico trasparente, todo se complica. Porque estamos eliminando el uso del plástico por ser peligroso para todos y los vendedores de productos naturales los ofrecen como si fueran el último grito en plásticos inofensivos; pero, sobre todo porque no es normal la majadería que supone vender un huevo ya pasado por la plancha o una fruta peladita. Vamos derechos a no saber hacer nada de nada, a ser inútiles integrales.

Huevos fritos envasados, mandarinas peladitas y el fin del mundo que viene

Está muy bien innovar, ofrecer una gama de productos que satisfagan las necesidades de la mayoría, está muy bien que se mueva el mercado para que el empleo crezca y la riqueza del país también. Pero eso no se puede convertir en una ridiculez. Nadie en este mundo puede sentir la necesidad de comprar un producto elaborado de forma industrial pudiendo consumirlo con facilidad y a un precio mucho menor con la garantía de estar comiendo, por ejemplo, unos huevos saludables; o con la garantía de no comerse una pieza de fruta que no ha perdido sus características esenciales al ser manipulada al quitarle la piel (existen estudios que demuestran que las propiedades de la fruta se pierden con rapidez una vez que se mondan). Nadie de este mundo puede comprar un par de plátanos en bandeja y envueltos con film sin pensar que eso se puede comprar sin tanto envase.

Huevos fritos envasados, mandarinas peladitas y el fin del mundo que viene

Medio mundo se muere de hambre y en Occidente nos inventamos lo que ya existe desde tiempos antiguos y cobramos por ello como si alguien hubiese descubierto la pólvora. Y la civilización a la que pertenecemos se va diluyendo en sus propias miserias y en su falta de vergüenza.

Ya sé que llevamos vendiendo y comprando productos elaborados muchos años, pero lo de los huevos a la plancha me parece el colmo. De verdad.