Ojana in Excelsis

Iker Jiménez se merece un Pulitzer

Lo reconozco, yo también tenía una percepción equivocada hasta que vi un trabajo suyo que me maravilló y que, bastantes años después, sigo recomendando a todo el mundo

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Juanmi Vega @Juanmivegar
24 abr 2020 / 04:00 h - Actualizado: 24 abr 2020 / 04:00 h.
"Periodismo","Ojana in Excelsis","Coronavirus"
  • Iker Jiménez. / La Estirpe de los Libres
    Iker Jiménez. / La Estirpe de los Libres

Cuando a uno le ponen una vitola o un sambenito, es complicado que te la quiten. Suele pasar en nuestra ciudad con los periodistas que se dedican a la información cofradiera, que parece que sólo sirven para eso y que no pueden tratar otra información que no sea la morada. Muchas veces, incluso son denostados por compañeros de la profesión.

A Iker Jiménez le pasa algo parecido. Cuando hablas del vasco, muchos son los que te preguntan «¿el de los ovnis?» Sí, pero también hace otras cosas muy interesantes que van más allá de la investigación de hechos misteriosos que pocas veces tienen explicación.

No soy objetivo con el vasco porque lo he escuchado infinidad de veces en la Cadena Ser, cuando hacía Milenio Tres. También ha sido culpable de algún que otro desvelo.

Su explosión mediática tuvo lugar en la televisión, en Cuarto Milenio. Lo reconozco, yo también tenía una percepción equivocada hasta que vi un trabajo suyo que me maravilló y que, bastantes años después, sigo recomendando a todo el mundo.

Jiménez realizó un reportaje titulado “La noche del fin del mundo”. En él se contaba todo lo que ocurrió en la central nuclear de Chernobyl. Un documental de unas dos horas de duración en el que se aportaban datos, con una narrativa muy cuidada y entrevistas espectaculares. Sabes que algo es bueno cuando te lo acabas y tienes ganas de más. Eso me pasó con ese reportaje, pues desde ese momento empecé a consumir información sobre ese acontecimiento tan trágico.

Otras de las cosas que me maravillan de Iker es que aprovecha a la perfección las nuevas tecnologías.

Durante este confinamiento estamos viendo a multitud de periodistas que entran en directo desde sus casas y que incluso hacen un programa sin necesidad de plató. Eso lo lleva haciendo Iker Jiménez unos años en su Milenio Live.

Yo descubrí sus emisiones porque un día, durante una conexión en directo en Tenerife, un colaborador quería mostrar las pinturas que había en el interior de una cripta que estaba cerrada con una reja, pero por la que podía meter la mano gracias a la forma que tenía. Metió una mano con el móvil con tal mala fortuna que se le precipitó, en riguroso directo, en el interior de la cripta, con la cámara mirando hacia arriba. Fueron treinta minutos de ver cómo el pobre reportero intentaba recuperar su teléfono móvil. Carmen Porter no paraba de reír al igual que los miles de personas que estaban siguiendo el directo.

Milenio Live me maravilló de tal manera que vi que era el presente. Siempre lo pongo de ejemplo cuando me pregunta por La Recogía, la retransmisión que hizo El Correo de Andalucía en 2019, y que este año hubiésemos hecho, de las entradas de las hermandades. Este año parece que algunos han inventado la pólvora, pero la realidad es que van por detrás del tiro.

Me sorprendieron también algunos finales de programas en los que hablaba muy claro de la situación del país, tratando temas espinosos y sin ser políticamente correcto. No sólo llama la atención su discurso, también que sea capaz de hacer un programa sin un solo papel, cosa que demuestra su capacidad.

Con el coronavirus ha demostrado que es un periodista muy inteligente porque se rodea de los mejores. Otros prefieren estar con gente mediocre para poder sobresalir.

Se llevó alertando del Covid-19 mucho tiempo. Compañeros de profesión se reían de él y decían que «el de los ovnis tiene que llamar la atención». El ‘de los ovnis’ ha demostrado ser mejor periodista que esos que decían que ésto era una simple gripe.

En las últimas semanas, con la paralización de su programa en televisión, decisión tomada por él y que explicó en uno de sus directos alegando que no quería poner en peligro a ninguno de los trabajadores, ha sacado La Estirpe de los Libres. El otro día trajo una investigación sobre el epicentro del virus que es maravillosa y deja muchos interrogantes sobre el origen del virus.

Quizás nunca le den el premio Pulitzer. Puede que, en unos meses, la gente olvide esa labor periodística que realizó antes de la pandemia, porque lo fácil es sumarse ahora al discurso, pero lo complicado era decirlo hace 3 meses. Lo hizo y se sigue reinventando y nosotros disfrutando de esa labor. Iker es el ejemplo a dar para todos aquellos que dicen que no se hace buen periodismo en la actualidad.