Imposible

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22 ene 2023 / 10:37 h - Actualizado: 22 ene 2023 / 10:38 h.
"Tribuna"
  • Diego Herrera - Europa Press
    Diego Herrera - Europa Press

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La foto que observamos, mirando al mundo, es bastante desafiante, y lo es porque los conflictos son de un nivel bastante extremo. Muchos de ellos pasan inadvertidos para la gran mayoría de los ciudadanos de cualquier parte del mundo. Hay conflictos bélicos, sigue, por cierto, el de Ucrania, asolada por la destrucción que Rusia está haciendo del país. Los europeos ¿qué hacemos? ... la verdad, no mucho, se pone en evidencia la división existente entre nosotros ... no tenemos arreglo y de seguir así ¿qué pasará?, a lo mejor es necesario recuperar la canción “Chi Lo Sa Perchè”, leer su letra despacio no nos vendría mal a los europeos. Narciso Parigi compuso canciones preciosas que deberíamos de recuperar. Sí, canciones que evocan una época que coincide con el periodo en que Europa, envuelta en conflictos terribles (dos guerras), se perdonó cuando unos políticos con altura de miras idearon el camino para configurar lo que hoy conocemos como la Unión Europea.

Iberoamérica se está convirtiendo en un polvorín ¡Terrible! Los extremos llevaban a realizar actos aberrantes cuyas consecuencias son imprevisibles, Perú y Brasil son los últimos ejemplos; pero, no olvidemos México, literalmente el ejército ha tenido que tomar el metro de la ciudad azteca, se calcula que unos seis mil efectivos velarán por la seguridad de este transporte público. No me digan que todo esto es normal. No lo es y evidencia que estos Estados tienen vías de agua que, como no se atajen con valores democráticos y con gobiernos que busquen solucionar los problemas existentes en sus países, terminarán arrasando años de historia para terminar siendo territorios sin ningún tipo de control democrático y a merced de ideologías extremistas sostenidas por no se sabe qué poderes.

Los gobernantes llevan años ejerciendo bien activamente bien pasivamente, con un matiz de omisión muy importante, una forma de gobernar que no ha tenido como objetivo remitir las causas que iban obligando a muchos de sus ciudadanos a abandonar sus países. El éxodo de estas naciones el palpable y la pregunta que nos deberíamos hacer es ¿por qué ocurre? claro que la respuesta, con toda seguridad, no nos gustaría. Descubriríamos elementos que a nadie nos podrían dejar impasibles ante los mismos. Así que preferimos mirar en otras direcciones.

Sin embargo, lo que ocurre es que observando con detenimiento nuestro entorno más cercano nos deberíamos preguntar ¿qué está sucediendo? Las respuestas tampoco distarían mucho de lo que sucede en la Iberoamérica hermana.

En España, sí en nuestra España, estamos infinidad de ciudadanos que nos hemos percatado que lo que esperábamos era un entendimiento entre el PSOE y el PP, dado que democráticamente en las urnas les delegamos la necesidad de un entendimiento para fortalecer nuestra democracia, esto no ha sido posible. La mayoría y esto es claro, muy claro, la suman estas dos fuerzas democráticas.

Vivimos en un imposible, es imposible, está siendo imposible y será imposible, este es el mensaje que percibimos. Sin duda es una mala decisión.

Todavía, porque esto no se sabe, nuestra democracia es resistente, pero visto lo visto y lo que ocurre en otros lares la pregunta que nos tenemos que hacer es ¿por cuánto tiempo aguantará? Somos parte de la Unión Europea. Para que esto suceda es vital que Europa se refuerce y se blinde con valores democráticos. Hay que volver a recuperar el espíritu de los padres de la nueva Europa; pero para que esto sea posible es preciso que los Estados que la configuran se blinden también democráticamente. Es en esta perspectiva que los ciudadanos tenemos un verdadero protagonismo y que ejercemos con nuestros votos.

En nuestro caso es importante tener muy claro qué partidos pueden realmente centrarnos o qué partidos pueden llevarnos a los extremos.

Sumar la mayoría que salió de las urnas (entendimiento entre PSOE y PP) ha sido imposible de alcanzar. A estas alturas ya sabemos qué ocurre cuando esto no se ha cumplido. Los estrategas de cada partido sabrán el porqué los han orientado en esta dirección.

Lo que sí es cierto es que la gran mayoría de los votantes no somos votantes adscritos a un partido determinado, que siempre votarán a ese partido y a ningún otro. Votamos y cambiamos, en unas elecciones votamos a unos y en otras a otros. Somos, estos votantes, los que tenemos que lograr reconducir a los políticos en la dirección adecuada y democrática. Somos la fuerza del cambio y, por esta razón, es necesario que tomemos conciencia de que podemos producir un resultado que haga posible que los extremos queden reducidos a una minoría que no pueda influir en el curso democrático de nuestro país. Un curso que tiene una Constitución que no puede ser ignorada y ninguneada.

El sentido común de los votantes, sí de quienes no estamos sujetos a un voto concreto, tenemos que tomarnos muy en serio los procesos electorales que se abrirán en este año.

Una advertencia a los candidatos de cualquier partido nosotros no nos dejamos llevar por las estrategias que ideen los del marketing político, nosotros miramos a lo que ha ocurrido estos cuatro años, tenemos conciencia y no nos olvidamos de las incoherencias y de las mentiras. Estamos realizando nuestro propio análisis, no nos vale el que nos trasladan los medios afines. Leemos y reflexionamos atendiendo a diversas fuentes, pero, sobre todo, sabemos que queremos una España fuerte, tal y como rezan todos los artículos de la Constitución Española y de manera especial los artículos del Título Preliminar, del 1 al 9.

Siendo España fuerte, “en donde la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”(artículo 2 de la CE), lograremos influir en la construcción de una Europa, también fuerte y solidaria.

Los votantes tenemos una gran responsabilidad. Ha sido imposible en estos cuatro años que el PSOE y el PP llegarán en esta legislatura a un posible. Votemos en conciencia y teniendo muy claro que debemos lograr que los extremos no marquen el ritmo de la democracia y de la Constitución.

No podemos permitir la salida de tono que tienen algunas fuerzas políticas. Concentremos nuestro voto en aquella fuerza política que tengamos seguridad que no autodestruirá nuestra Constitución. Estemos, por tanto, muy atentos a los mensajes que nos trasladarán en este año electoral y, claro, a su manera de actuar, y antes de emitir nuestro voto preguntémonos ¿lo que ha dicho tal o cual candidato es coherente con la manera de actuar su partido? ¿este Partido Político salvaguarda, de verdad, nuestra Constitución? ¿busca el dialogo o está en una dinámica permanente de sembrar el conflicto? Las respuestas las podremos dar en el voto que depositemos en las urnas correspondientes. No nos olvidemos, nosotros somos el verdadero cambio. Convertiremos lo imposible en lo posible.