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La vida del revés

Influencer, inculto y gilipollas

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13 jul 2021 / 15:43 h - Actualizado: 13 jul 2021 / 16:04 h.
"Opinión","Redes Sociales","La vida del revés"
  • Naim Darrechi en una imagen de instagram.
    Naim Darrechi en una imagen de instagram.

Voy a procurar ser conciso: una gran parte de los influencers son unos gilipollas, o unos incultos que venden productos en sus redes sociales que no saben ni para qué sirven, o unos zánganos que han descubierto la facilidad de ingresar dinero en la cuenta corriente diciendo idioteces, barbaridades y sandeces, o todo a la vez. El perfil de estos sujetos (si estuviera utilizando el lenguaje inclusivo, es decir, si estuviera destrozando el castellano, ahora debería decir sujetas) es entre patético y bochornoso. Los hay que tuvieron unos minutos de gloria en la televisión o los siguen teniendo mientras se rebozan en la caspa, o que lograron un vídeo gracioso un día y han logrado rentabilizar ese trabajo hasta el dolor, o que dedican todos sus esfuerzos a decir cosas terribles y escandalosas y vacías. Hay influencers para todo tipo de situaciones.

Pues bien, uno de esos influencers ha metido la pata hasta la cintura, tanto que es posible que se haya metido en un lío que le puede costar un disgusto morrocotudo. Se llama Naim Darrechi, tiene varios millones de seguidores y, como todos estos niñatos, ejerce una influencia bestial sobre los jóvenes que les ven a diario haciendo el imbécil y diciendo bobadas. A este, en el programa de otro que dice ser especialista en generar contenidos, un tal Mostopapi (que reía la gracia del otro cuando se vino arriba), se le escuchó decir que se dedica a engañar a las chicas con las que mantiene relaciones sexuales diciéndoles que es estéril, que lo hace porque a él el condón no le gusta nada (presume de quitárselo a medio camino; a eso se le llama stealthing) y que, así, puede eyacular sin cuidado alguno. Muy gracioso este tipejo. Ya ha pedido perdón (en redes, claro) seguramente porque sabe que la que le puede caer encima es de las gordas. Esto es abuso sexual clarísimo y con la nueva ley será considerado agresión. La gracia le puede costar caro al tal Naim, al rey del engaño, al tonto del año. La cosa se está complicando y la fiscalía puede tomar cartas en el asunto. En fin, un follón de los importantes. Por otra parte, este sujeto podría perder seguidores a puñados a partir de ahora y eso es lo peor que les puede pasar a todos estos.

Si a este le cae todo el peso de la ley encima no me preocupa; es más, espero que así sea. Ya está bien de tanta tontería y tanto ganar dinero a base de lanzar mensajes peligrosísimos de forma impune. Lo que sí me causa cierta angustia es que los jóvenes españoles (¡millones de ellos!) acceden a los contenidos de las redes sociales sin control alguno. Algunos majaderos destrozan los valores, no dejan de decir falsedades sobre asuntos esenciales y muchos jóvenes creen estar frente a líderes de opinión sin saber que están frente a pazguatos que no saben hacer la o con un canuto.

Pocos se libran de ser escoria intelectual. Ibai Llanos es de los pocos que se deja caer intentando poner un poco de cordura y de sentido común entre tanto idiota. Poco más.

Nuestra juventud no se puede convertir en eso que está creciendo en las redes. Hay que evitarlo sea como sea. Podemos empezar hablando con los jóvenes en casa; sí, con nuestros hijos; para explicarles que la vida va de otra cosa, que la vida es eso que no pasa en las redes sociales, eso que tienen alrededor y fuera de su teléfono móvil y no al revés; y que estamos obligados a experimentar.