La vida del revés

Isabel Díaz Ayuso contra las peligrosas ideologías

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30 ene 2023 / 08:39 h - Actualizado: 30 ene 2023 / 08:44 h.
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Los políticos suelen leer discursos. Los políticos suelen demostrar que no saben lo que leen, que alguien les escribe ese discurso y ellos lo cacarean. Los políticos suelen repetir lo que les dicen que es maravilloso sin pensar lo que supone decir una cosa u otra. Eso, en general.

En particular, comienza a ser sorprendente lo que le está sucediendo a Isabel Natividad Díaz Ayuso. Dice cosas completamente disparatadas, lanza mensajes que rozan lo peligroso, y se queda tan pichi. Y es que no creo que mida la trascendencia de lo que dice más allá del rédito electoral que supone. ¿Gustan estas cosas al personal? Claro que sí. En este mundo ordenado por el tuit, por la falta de reflexión y por lo inmediato, gusta lo asequible, lo que suena bien, lo que no obliga a pensar y lo que dicen unos señores y señoras llamados influencers. Hay que recordar que un altísimo número de personas que dicen crear contenidos para las redes son el ejemplo claro de superficialidad, de incultura y de zafiedad en las formas. Y hay que recordar que los políticos se apuntaron al carro y se dedican a hacer política de tuit. Da miedo.

Isabel Díaz Ayuso ha publicado un tuit en el que dice lo siguiente: ‘Las ideologías son las culpables de la mayoría de los problemas que tenemos hoy en España’. Debe ser que la señora Ayuso cree que la suya es la única posible. Esta afirmación apesta a algo que la gente tiene en la boca con mucha frecuencia, que esgrimen como un arma letal de la oratoria, pero que casi nadie sabe qué es exactamente. Esta afirmación encierra un mensaje tremendo.

El fascismo es una ideología, movimiento político y sistema de gobierno totalitario que se enfrenta a la democracia, al comunismo, al liberalismo y a la internacionalización. La raza y la patria son los ejes fundamentales sobre los que se estructura como ideología y todo se acompaña sin tapujos por una clara violencia contra los que piensan de forma distinta y son declarados enemigos de la patria. Todo régimen fascista ha mostrado personalismo y corporativismo férreo. Y no ha faltado el componente militarista en ninguno de ellos.

Todo buen fascista, al llegar al poder, crea un Estado nacionalista, totalitario y de partido único. La maquinaria propagandística se pone en movimiento y el líder se convierte en salvador y protector definitivo. La demagogia y el populismo se implantan como forma de comunicación. El mensaje fácil, el mensaje que parece redondo y que ayuda a perder el miedo al futuro, el mensaje de odio que ataca directamente a los que están fuera de esa ideología se hace fuerte. Se señala a un culpable y se le odia. ¿Les suena?

Como ya saben ustedes, el fascismo nace tras la Gran Guerra. La burguesía se empobrecía a marchas forzadas y sentía temor frente a las clases obreras que prosperaban. Se identificó inmediatamente como el gran enemigo del comunismo, del anarquismo y del socialismo. Por supuesto, el apoyo de las clases más favorecidas se hizo presente a la primera. ¿Le es familiar todo esto?

Actualmente, el fascismo no tiene cabida en la estructura política de los países aunque la ideología fascista está presente en muchos rincones. Si creen que no es así, piensen en la limpieza étnica de los Balcanes, piensen en los partidos europeos que tienen en el mundo de mira a inmigrantes, musulmanes y miembros del colectivo LGTBI, o en el supremacismo blanco que se extiende por los Estados Unidos de América. Y, ahora, por favor, piensen en lo que escuchan a diario, en lo que dicen algunos políticos.

Pues bien, decir que ‘Las ideologías son las culpables de la mayoría de los problemas que tenemos hoy en España’ es mucho decir. Y no saber qué supone esto es muy peligroso. Porque saber si sabe lo que dice la señora Ayuso. Ya lo creo que lo sabe, pero intuir el peligro del lenguaje me temo que le queda lejos. En fin, hay que tener cuidado con el lenguaje porque es muy traicionero.