Isabel Natividad Díaz Ayuso y Yolanda Díaz ya están llegando, a bordo de la lancha de desembarco definitiva, a la playa del éxito político en solitario. Hasta ahora, iban haciendo movimientos notables aunque de baja o media intensidad política; o movimientos que les afectaba a ellas y a su entorno más cercano y que no parecía que pudieran afectar a las estructuras del partido al que pertenecen. Pero esta vez llegan convertidas en un verso libre dentro del PP y de Podemos, pero esta vez saltan todas las alarmas porque ser mujer ya no es un inconveniente y porque han logrado construir una imagen política robusta y definitiva.
Isabel Natividad Díaz Ayuso es producto del marketing político, de un discurso de 60 segundos de microondas y listo para dictar. Pero, del mismo modo, es producto de la construcción de una líder, de una política peleona, de una mujer siempre discutida que es capaz de avanzar a pesar de todos los obstáculos que se encuentra por el camino. Díaz Ayuso ha mejorado su oratoria de forma absoluta, ha logrado que su nombre y su rostro sean conocidos en toda España, consigue que su ejército de seguidores sea fiel cada día. Los que piensan que sus ideas políticas son cero y poco más es posible que tengan razón porque de ideas la clase política anda justita. No va a aportar nada a la política, pero sí logra entusiasmar a sus seguidores y eso es esencial. Y conviene que nadie piense que le siguen una banda de descerebrados y bobos porque pensar esas cosas es un error.
Yolanda Díaz en una política de raza, de las que han mamado las ideas libertarias desde la cuna. Es prudente, despliega una personalidad que invita a la tranquilidad, no se arruga ante los inconvenientes ni se viene más arriba de lo debido si las cosas van bien. Yolanda Díaz es el discurso bien armado, es la cara amable de una política árida y peleona, es el perfil de mujer que llama al feminismo en bloque para que sigan su estela. Yolanda Díaz será la bestia negra de muchos políticos que siguen pensando que la van a poder aniquilar políticamente diciendo de ella que es comunista y que representa la extrema izquierda más peligrosa y brutal; lo será porque ella lo discute todo, dialoga siempre y es una mujer de talla intelectual notable. Con esta mujer no podrán utilizando poca cosa, con zafiedad o insultos.
Ambas están llegando para desembarcar y algunos van a tener que tener un ‘plan b’ porque la cosa va en serio. Cada una de ellas en su parcela, haciendo las cosas a su manera, van a cambiar las cosas con toda seguridad. ¿Ha llegado la hora de las mujeres?