Jacobo Ostos y Miguel Frigenti: Historia de un guantazo sin sentido

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26 feb 2023 / 12:37 h - Actualizado: 26 feb 2023 / 12:52 h.
"Opinión","Televisión"
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El problema de trabajar entre estiércol sentimental y con personas que se dedican (muchas de ellas) a golfear noche tras noche sin pegar un palo al agua día tras día, es que en cualquier momento se te puede ir de las manos el asunto. Hemos asistido a otro capítulo lamentable y vergonzante en un programa que trata de ser blanco aunque es negro como la pez igual que el resto de sus similares. No por maquillar las cosas dejan de serlo. Fiesta es un programa dedicado a la misma estulticia que Sálvame o cualquier otro de ese corte por mucho que intenten disimularlo.

Jacobo Ostos; hijo del torero fallecido, hace unos meses, Jaime Ostos; ha agredido a un tal Miguel Frigenti en la discoteca en la que trabaja (periodista de pacotilla que echa pestes por la boca cada vez que la abre y colaborador que usa el insulto como herramienta comunicativa). Le salpicó un guantazo y se quedó tan ancho. Tanto es así, que llamó al programa dirigido por Emma García (periodista mediocre que ha intentado hacer las cosas bien alguna vez pensando que era capaz cosechando un escasísimo éxito y se ha entregado a la idiotez periodística para poder sobrevivir) y relató lo sucedido, con aire chulesco, desagradable y tremendamente violento.

Emma García le llamó la atención por ello aunque... ya le habían dejado decir y siguió diciendo. A ver lo que tardan en entrevistarle o algún asunto similar.

Jacobo Ostos dijo:

«El 8 de enero de 2022 falleció mi padre en Colombia y habló pestes de él recién fallecido», comenzó a decir antes de explicar que se toparon en la discoteca y que «me calenté, le di una bofetada y se quedó sentado en el sofá. No fui por la espalda ni le di un puñetazo. Él se quedó, con la cara calentita, en la discoteca trabajando»

«No es gratuito tener esas faltas de respeto de gente difunta. No le enseñaron respeto y le he tenido que dar una bofetada correctora y ejemplarizante. Se la merece desde hace mucho tiempo. Mi calentamiento está justificado».

Más poca vergüenza no se puede tener. Esta televisión basura consiste en eso. Le vi, le di una bofetada y me fui. Y en el programa se rasgan las vestiduras sabiendo que, al dar entrada a ese tipo, se va a hablar de violencia y que la cosa acabará entre mal y fatal.

Frigenti, que es un periodista del montón y que tira de lo más rastrero para hacerse notar, habló mal de Jaime Ostos al morir. Fue francamente desagradable. Pero no se le puede agredir por ello. No hay más. Jacobo Ostos ha entendido que puede hacer lo que se le pone en el aguacate. Ejemplarizante dice el sujeto. Y ganará dinero con ello. Al tiempo. Un asco, vaya.