Semanas de absurda tribulación con Grecia para alcanzar un acuerdo previsible. Hace años debieron ser apartados de la UE, pero en ese mismo tiempo Alemania ha convertido su problema de deuda con los griegos en un inconveniente para el resto de las naciones. Ponerlos de patitas en la concurrida calle de los países con moneda y corrupción propia, sólo se contempló por los audaces, pero ya saben que la burocracia política comunitaria carece de intrépidos, sobrando, sin embargo, todo tipo de individuos encogidos.
Así pues, decido darme una vuelta por Jerez de la Frontera. De la mano de Asís Moreno, se ha abierto al público el Palacio del Virrey Laserna. Visita no sólo recomendada, sino obligada e inaplazable. Fachada barroca, estilo neoclásico en el interior, obras de arte únicas entre las que destacan cuadros de conocidos pintores, estancias que nos trasladan a una época en la que el buen gusto primaba sobre la ostentación. Asís ha conseguido que todo aquél que quiera dar un paseo por el Jerez de otro tiempo, sienta el momento y el lugar como una vivencia propia. Se trata de conocer una casa, casa-museo como dirían ahora, de la directa y educada mano de su propietario, algo que todavía no se estila en España y cuyo resultado es una auténtica satisfacción.
Al finalizar el recorrido me detengo fuera de la casa. Bajando la calle, en la monumental Plaza de la Asunción, se encuentra un bar. Abierto tan sólo hace dos años hoy es toda una referencia gastronómica y, por cierto, de ocio nocturno, en la ciudad: Las Cuadras. Tomar el aperitivo o comer, muy recomendables los chicharrones, la carne mechá y la tosta dos mares, resulta altamente apetecible, pero ahora en verano, cenar en alguna de las mesas que sacan a la plaza ¡es una delicia!. Salmorejo y pollo taandori, una mezcla, podría decirse exótica en Jerez de la Frontera, unos platos, ambos, excelentemente elaborados. Dicen las malas lenguas que algún chef indio se disfraza de turista para intentar sonsacar la receta del pollo al gran David Fraser, el dueño y, nunca mejor dicho, ¡señor!, sin conseguirlo claro. Gran fino y mejores vinos generosos de la tierra. Mérito de los proveedores y de la cuidada selección de los mismos. Me gustaría destacar un vino blanco que sirven llamado Harvest, de las Bodegas Ximenez-Spínola. Apellido este último de gran querencia en nuestro periódico. José Antonio, actual dueño de la Bodega, ha aunado algo que no por estar de moda resulta fácil: tradición y vanguardia; ¡un vinazo!.
En definitiva, el mejor antídoto contra Grecia: una huida a Jerez. El plan, lo dicho, muy sencillo, de recorridos se trata, por el Palacio del Virrey Laserna, parada y fonda en Las Cuadras, vinos típicos de la tierra en el aperitivo y una botellita de Harvest para comer. Reposo y vuelta a la rutina... ¡Joder con la puñetera Grecia!