Jóvenes sin retorno

Image
15 jul 2018 / 18:47 h - Actualizado: 15 jul 2018 / 20:00 h.

España se carga de noticias de llegadas de inmigrantes, de muertes vergonzosas en las playas de Tarifa, parece como si fuésemos una especie de El Dorado al que todo pobre del mundo quiere llegar. Menuda mentira hacer creer que España es país objetivo y vender una especie de invasión foránea que atenta contra nuestra cultura, nuestro trabajo o contra los intereses de los propios españoles. Las ideologías de ultraderecha se van imponiendo en detrimento de las políticas más sociales y humanas en Europa y América.

La cuenta de la inmigración en España, el llamado saldo migratorio, es negativo y es así, por una parte, porque los inmigrantes que llegaron al calor de la boom inmobiliario con la crisis retornan a sus países, y, por otro lado, porque muchos de nuestros jóvenes han emigrado a Europa. Estos últimos son cientos de miles chavales y chavalas formados, muchos universitarios, con conocimientos de idiomas que ante la ofuscación y la falta de perspectivas en España deciden la emigración como salida. Parece como si esta sangría y este drama como país no estuviera ocurriendo o, peor todavía, parece como si nos hubiéramos acostumbrado a saber que el hijo o la hija de tal o cual está en Inglaterra o Alemania. El silencio sobre esta cuestión nos delata como sociedad, el fracaso en el que se ha convertido España para su juventud es lo más antipatriótico a lo que asistimos. Ellos se formaron y aprendieron idiomas, como les dijimos, y ahora los excluimos para convertirlos en inmigrantes en Alemania. ¿Vamos también a defender las políticas antiinmigración?